Twitter te hace pensar que eres sabio,instagram que eres fotógrafo y facebook que tienes amigos. El despertar va a ser duro.
(Leído en redes sociales)

miércoles, 31 de octubre de 2012

La televisión, realmente, es nutritiva?



No todos los alimentos son para nuestro cuerpo, algunos lo son también para nuestra mente, debemos evitar todo tipo de productos intoxicantes. La ira en nuestro interior puede provenir de muy diferentes fuentes…

Ciertos contenidos de los medios de comunicación se nos presentan de forma totalmente opuesta: como creadores de una realidad hostil y desagradable.
En nuestros días, ver ciertos telediarios o programas de televisión puede llegar a ponernos de muy mal humor. Pero nadie nos obliga a verlos, podemos evitar todo aquello que no nos sienta bien y seleccionar (pues es nuestra decisión: somos libres) los alimentos más adecuados para nuestra mente: aquellos que nos hagan (son)reír e inflar nuestro corazón de emociones positivas.
Como muy bien dijo el genial Groucho: "Encuentro la televisión muy educativa. Cada vez que alguien la enciende, me retiro a otra habitación y leo un libro"
En definitiva: no veáis la tele, sobre todo cuando está encendida.

jueves, 18 de octubre de 2012

¿PARA QUÉ SIRVE LA TELEVISION?


Ninguna cadena presenta un proyecto exhibiendo como puntos fuertes de su programación exclusivamente concursos, programas del corazón, fútbol y telenovelas. Por el contrario, argumentan acerca de la importancia de fomentar las culturas plurales, programas e información que respondan a una realidad social, fomento de actitudes éticas y valores humanos, etc. Sin embargo, la puesta en práctica de la programación, cuando una cadena inicia emisiones, deja mucho que desear.
Hace tiempo, los profesores y los manuales de periodismo enseñaban que una Televisión, sea pública o privada, era "un servicio público". Como tal, debería ser un canal por el que transitaban mensajes y contenidos para todos, incluidas las minorías. Si vamos más allá, los Medios deberían buscar la cercanía de minusválidos sensoriales (pongamos por caso los sordos) o minorías étnicas y culturales. La televisión, como servicio público, debería volcarse en el fomento de una democracia social y participativa, por ejemplo, mostrando la labor y las posibilidades de asociaciones de los barrios, o promocionando el deporte de base, o el trabajo sencillo y sin pretensiones de los voluntarios de las organizaciones humanitarias. Esto no implica convertir a las televisiones en boletines informativos de las ONG o de las instituciones. Muy al contrario, un servicio público debe incluir los valores éticos y las actitudes de solidaridad en su línea editorial con la misma naturalidad que durante mucho tiempo han incluido su afinidad por una ideología, por un partido, o por un gobierno, sin necesidad de dedicarle programas especiales. 

Es evidente que la Televisión no es un erial en cuanto a contenido social o formativo. Existen programas, profesionales o campañas que se distancian de la línea del "pan y circo", mostrando propuestas atractivas e inteligentes, provocadoras de pensamiento alternativo y de nuevos horizontes. Pero son islas en medio de un océano proceloso de misses, balones y telenovelas.
Estamos a punto de sustituir en el inconsciente colectivo el concepto de "servicio público" por el de "empresa privada". Pronto se verá como normal que la televisión nos muestre sólo aquello que suponen los directivos que es rentable para los accionistas, olvidando que los accionistas intelectuales y cordiales somos los espectadores. De momento, estamos a tiempo de exigir que las Cadenas de Televisión, en especial aquellas que se gestionan con dinero público y emiten en abierto, no nos tomen por ignorantes e incluyan, de una vez por todas, en su programación contenidos orientados a mejorar la calidad de vida y la dignidad de los espectadores. 

sábado, 13 de octubre de 2012

La televisión como reflejo de nuestra sociedad


Los medios de comunicación, entre ellos la televisión, tienen un gran poder al llegar a millones de personas. Todo lo que en ellos se muestra, se dice o se cuenta es sumamente importante ya que puede influir de una u otra manera en las personas. Por eso, hay que cuidar con mucho mimo los contenidos que se van a difundir.

Surge aquí el eterno dilema: ¿Es la televisión un reflejo de nuestra sociedad? o por el contrario, ¿ésta se construye a raíz de lo que ve la pequeña pantalla? Hay, en este sentido, opiniones para todos los gustos. En cualquier caso, según algunos expertos y analistas, España tiene motivos más que suficientes para preocuparse.

Las series son, sin duda, uno de los mayores fenómenos dentro del ámbito televisivo. Las hay de todo tipo, género y condición: de médicos, policiales, comedias, juveniles y estudiantiles. Un amplio abanico de posibilidades con el fin de abarcar a gente de diferentes edades, gustos, y formas de entender la vida. El objetivo es que nadie se quede fuera y conseguir la mayor audiencia posible.
Si analizamos las series y programas que más audiencia generan hoy día nos encontramos con esta triste clasificación:

La que se avecina
Tu cara me suena
La voz
Hay una cosa que te quiero decir
Quién quiere casarse con mi hijo
Erase una vez
Sálvame
Amar en tiempos revueltos
El hormiguero
Los Simpson
De buena ley
El intermedio
Españoles en el mundo
El secreto de Puente Viejo

Algunos de los programas son lamentables tanto para la formación como para el propio entretenimiento. Si la televisión es un referente en el tiempo de ocio (y de ociosidad) actual, estamos ante un grave peligro. Programas denigrantes como por ejemplo Quién quiere casarse con mi hijo, De buena ley o Sálvame  en donde el lado humano se deja a un lado para caricaturizar, humillar e incluso vejar la imagen de las personas, deberían ser estudiados por el organismo competente para ser retirados de manera fulminante, no sé si es el ministerio de cultura (o incluso el de sanidad) el que debería actuar de oficio. Y gracias a Dios que  hoy día no están por aquí (aun) el estercolero de Gran Hermano, la escuela de machismo de Granjero busca esposa o el esperpento de cárcel de El juego de tu vida.

viernes, 12 de octubre de 2012

LA VALIOSA APORTACIÓN A LA SOCIEDAD Y A LA CULTURA DE TELECIRCO


En España los niveles de lectura son muy bajos, el fracaso escolar es elevado y el desprecio público por la cultura, colosal. 
El panorama para la televisión que se consume en España es realmente desolador, sin embargo, no todo está perdido: los españoles nos podemos considerar a nosotros mismos los líderes en ‘telebasura’.  Las cadenas españolas albergan una absoluta falta de respeto por el buen gusto o la decencia, emitiendo productos no apropiados para niños a cualquier hora del día, sacando provecho del escándalo y la violencia, explotando el sexo de una manera machista, haciendo juicios paralelos en televisión y diseminando el sinsentido y la pseudociencia.  El gran líder de todo esto es uno de los cánceres más devastadores que podemos encontrar en este país y no es otro que Mediaset y más concretamente su líder TeleciRco, perdón, Telecinco. O lo que es lo mismo una cadena cuya aportación a la sociedad y a la cultura española es digna de una verdulería (con perdón para este gremio). 
Las noticias son partidistas y sensacionalistas, el lenguaje es vulgar y los anuncios desbordan la programación. Pero mientras las audiencias suban, la cadena se salen con la suya.
Lo triste de la citada aportación es que a pesar de esta programación soez y de auténtico bodrio, el público está pegado a la pantalla: el promedio de consumo televisivo en 2011 fue de 234 minutos por persona y por día.
No sería justo decir que la televisión en España es solo mala. En realidad es espantosa. Los productos estrella de las cadenas son sitcoms, con patéticas interpretaciones y guiones de saldo que alimentan el gusto por la risa enlatada y ya cuando hablamos de los reality shows, hoy a la orden del día, nos damos cuenta del total despropósito dela alienación humana. Los reality shows  alienan a los concursantes tanto como a los espectadores. Algunos incluso rotan y acaban saliendo en los mismos programas con guiones diferentes.
Las únicas noticias que hacen honor a su nombre son las de TVE, una cadena pública que, ahora que ha dejado de ofrecer publicidad, se encuentra bloqueada con problemas financieros. Mientras que TVE ingresó en 2010 hasta 63.5 millones de euros menos que en 2009, con un déficit de 48 millones de euros, las cadenas privadas están ganando más dinero que nunca. Los beneficios de TeleciRco aumentaron un 30.3% en 2010, hasta los 855.1 millones de euros. En Antena3 los han incrementado en un 79.6%, con un beneficio neto de 109.1 millones de euros”.
Es vomitivo y lamentable que una única cadena española, TeleciRco, acapare el 51% de la publicidad gracias a la reciente fusión con Cuatro. Menos pluralidad, más beneficio. TeleciRco es la cadena de Belén Esteban, la ex mujer de un torero coronada por la audiencia española como la 'princesa del pueblo'.En realidad, el pueblo de la telebasura.