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(Leído en redes sociales)

viernes, 31 de octubre de 2014

La gran mentira de "Jalogüin"



Esta pseudo-fiesta que se celebra desde hace no demasiados años en nuestro país y que se ha ido instalando con la tendencia de llegar a ser una de las grandes "fiestas" nacionales tiene su historia y su intrahistoria que muchas personas que la celebran pensando que es una fiesta totalmente inofensiva, desconocen.

Una de las primeras teorías es que la última noche de octubre, en tiempos célticos, personas ataviadas de forma amenazante iban de casa en casa pidiendo dinero u otros víveres y si no les daban nada les amenazaban de muerte. Mientras, en las casas habían ya calabazas en donde, ardiendo, dentro había como combustible grasa humana y en las puertas era costumbre que hubieran chorros de sangre humana. Era la noche de Samhain, el señor de los muertos según la religión céltica. Cierto es que Samhain,celebraba el fin del verano (o fin del otoño, según otras fuentes). 

Pero probablemente la teoría más cierta es  la que cuenta que durante esta noche, los espíritus de familiares difuntos eran invitados a la celebración, y se alejaban a los malignos, para cuyo propósito nacería la necesidad del uso de trajes y máscaras con el fin de ahuyentarlos. Con la ocupación romana de las islas Británicas, la festividad se fundió con la tradición latina de la Pomona, o fiesta de la cosecha.

Pero no debemos olvidarnos de una cuestión: la fiesta de Halloween es una invención de miles de años después de esta celebración pagana; ¿cómo ha llegado hasta nosotros, entonces?

A través del cristianismo y de una irreal transposición de fiestas. El verdadero origen podríamos situarlo en el del día de Todos los Santos. Durante la época del emperador romano Diocleciano(244-311), se produjo una feroz represión de los cristianos con el fin de frenar su rapidísima expansión. Esta época de persecución creó tantos mártires para la religión, que siglos después, el papa Gregorio III, cuyo papado se prolongó durante los años 731 y 741, y Gregorio IV (827 a 844), tuvieron que establecer un único día para celebrar la festividad de los Santos, que seria primero el día 13 de mayo y luego el 1 de noviembre, fecha actual. Esta celebración acabó siendo la de Todos los Santos, establecida oficialmente, tal y como la conocemos ahora, por el papaUrbano IV entre los años 1261 y 1645.

El origen de Halloween es, de esta manera, el de la espera del día de Todos los Santos. Su nombre no significa otra cosa que esto mismo: es una derivación de la expresión inglesa All Hallow’s Eve, que se traduce, mismamente, como Víspera de Todos los Santos. Durante esta noche, los cristianos velarían a sus difuntos en un rezo continuo y silencioso, donde la antigua fiesta del Samhain celta no está presente por ningún lado, salvo, quizá, en Irlanda.

Así, la tradición llegaría a Estados Unidos de la mano de inmigrantes irlandeses a mediados del siglo XIX, y un excedente de calabazas llevaría al uso de este vegetal para la talla de los farolillos.

En 1921 se celebraría el primer desfile de Halloween, en Minnesota, pero no sería hasta los años setenta y ochenta cuando el cine y la televisión popularizaron la fiesta de los muertos, y que la poderosa maquinaria de expansión cultural estadounidense colocaría en todos los rincones del mundo.

Pero no nos engañemos; su origen real no es celta, como bien orgullosos se sienten los estadounidenses de contar, debido quizá a la máxima de que cuanto más antiguo, más prestigioso. El origen de Halloween debemos buscarlo, primeramente, en un pueblo que no tiene tradiciones y que debe asumir un folclore extranjero como suyo propio; y en un imperialismo cultural como nunca antes ha ocurrido en la historia. Rambo, La Coca-Cola, Santa-Claus y la parafernalia de esta noche dan buena prueba de ello.

En España concretamente se celebra el Dia de los Difuntos. La teoría de poner flores a las tumbas, aparte de adornarlas viene de la vieja creencia de las almas inmortales. Todas estas creencias vienen de Babilonia, y posteriormente adaptado en creencias griegas.