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(Leído en redes sociales)

jueves, 27 de enero de 2011

HABLAR EN PUBLICO. "Solo ante el peligro"

Hace tiempo que se ha puesto de moda una profesión artística, la del monologuista. Una persona sale a escena, se sube en un taburete y con toda naturalidad cuenta a su público algo cotidiano, esperando la risa del que le escucha. Antes eran los colonos norteamericanos y los buscadores de oro quienes, buscando un rato de ocio, se juntaban en el saloon convirtiéndose en los espectadores de lo que se ha venido a llamar stand up comedy, cuyas versiones seriadas y sobre escenario han sido muchas y muy variadas. En España pudo comenzar con un Gila al teléfono y continuó con el conocido programa El Club de la Comedia. Ahora vas al bar de la esquina a eso de las ocho y media de la tarde y allí está, el monologuista. Se le puede distinguir porque, además de tener un micrófono delante, la postura, salvo excepciones, es siempre la misma: semisentado en un taburete. Y yo me pregunto: ¿por qué siempre aparece sobre un taburete? Una de las razones que se me ocurren es que el susodicho, igual que se encuentra sobre un escenario, bien podría estar en la barra de un bar contándole al amigo de turno sus idas y venidas de las últimas horas, por lo que la puesta en escena es la apropiada. Y el taburete no es lo único característico, los monologuistas hablan a su público con un lenguaje coloquial y una cercanía propia de las relaciones sociales que podríamos denominar íntimas o cercanas. Es esa naturalidad la que parece fácil de alcanzar cuando la ves desde las gradas, pero difícil cuando el micrófono está enchufado y comienza la actuación.
Pienso que la clave de hablar en público radica en lo que podríamos llamar la naturalidad ficticia (no tiene por qué ser nuestra naturalidad real), que consiguen los buenos monologuistas.

Bien por trabajo, bien por necesidad puntual en un evento determinado, todos nos encontramos alguna vez en la vida con un público más o menos grande al que le tenemos que decir unas palabrillas. Hay gente con más facilidad para afrontarlo y otras con  menos. Considero básicas las siguientes técnicas para pasar el trago con más o menos éxito:


1.Preparación: Todos hablamos con mayor seguridad si sabemos de lo que estamos hablando. Cuanto más sepamos, más seguros estaremos. Por lo que si tenemos que hablar en público y no conocemos demasiado bien el tema del que vamos a tratar, intentemos informarnos. La información es poder y aquí...también seguridad.

2.Aparentar seguridad: Tanto si sabemos mucho del tema como si no es así y aunque no hayamos podido informarnos, es muy importante hacer creer que sí conocemos el tema a fondo. Podemos decir aquello que teníamos previsto y, si alguien nos hace preguntas al respecto y no sabemos la respuesta, podemos decirle que en ese momento no podemos responderle por falta de datos, pero que los buscaremos y estaremos encantados de proporcionarle la información que nos solicita. Típica respuesta.

3.Elemento de apoyo: Estar frente a un grupo de caras que nos miran y que están pendientes de lo que vamos a decir, no es fácil, especialmente si estamos de pie y los espectadores sentados. Cuando hablamos con las manos ocupadas, estamos más seguros, porque ya sabemos qué hacer con ellas, puesto que suelen cobrar vida en esos momentos y parece que no nos quieren hacer caso. Esta técnica, además de tranquilizarnos, nos ayuda a no gesticular demasiado y a evitar que la gente se dé cuenta del posible tembleque que suele invadirnos en estas situaciones.
4.Esquema de lo que se va a decir: Por muy bien que nos sepamos el discurso, siempre viene bien apuntar unas cuantas palabras que pueden ayudar en caso de que recordemos alguno de los puntos que pretendíamos tratar a lo largo de la oratoria. Estas palabras se pueden escribir en un PowerPoint, de esta manera la gente tendrá otro punto de atención y quedaremos como un verdadero profesional, ya que el discurso parecerá más preparado.

5.Ensayar ante un espejo: Mírate bien, ése soy yo. Lo que vemos ante el espejo es lo que verán  los espectadores, tratemos de mejorar nuestra presencia mirándonos bien y siendo críticos. No estaría mal dar el discurso delante del espejo a ver qué nos parece.

6.Hablar despacio: Una manera de aparentar que uno no está nervioso es pensar: “Voy a hablar despacio”. Cuando uno tiene algo que decir, parece que cuanto antes lo diga, antes termina, y eso es cierto, pero la idea es decirlo bien y si se expresa con calma, llegará un momento en notaremos esa calma.

7.Ropa elegante, pero cómoda: Si no solemos llevar traje y el acontecimiento no lo pide, no se lleva. Una camisa puede quedar igual de bien, incluso ropa de sport elegante. Si es hombre, se puede acompañar con una americana, y si es mujer, con una chaqueta, aunque, por supuesto, posibilidades hay muchas y dependiendo de la imagen que se quiera dar, se puede escoger uno u otro modelo.

8.No ponerse nervioso ante las preguntas: Normalmente, sea una presentación o una reunión, suele haber una ronda de preguntas. Como he dicho antes, no pasa nada si no sabe contestar, lo importante es tener la seguridad para poder decir que no lo sabemos. Si titubeamos, parecerá que está mal que no lo sepamos, pero si respondemos con naturalidad, no pasará nada.

9.Beber agua: El agua nos permite aclarar la voz y a la vez pensar lo que vamos a decir mientras bebemos y nos relajamos, al fin y al cabo.

10.Es una gran apoyo mirar a los espectadores a los ojos: Son personas y si les miramos, prestarán más atención porque notarán que les estamos hablando a ellos. Mirar al infinito no es lo mejor. Buscar unos ojos que nos den confianza y que asienten o afirmen lo que decimos nos ayudará mucho más, si cabe.

Aunque la teoría es más fácil que la práctica, cuando hayamos hablado unas cuantas veces, todo irá mucho mejor, además aprenderemos técnicas propias que facilitarán la tarea. Ante todo deberemos recordar: es imprescinble hablar con seguridad y los espectadores nos creerán.

1 comentario:

Leandro Delgado dijo...

Como siempre la práctica hace el maestro.

A este excelente aporte, humildemente añadiría la técnica de grabarse uno mismo mientras se practica, ya sea en video o audio.

Por otro lado, en lo que a mí respecta, tendría cuidado con eso de practicar ante un espejo ya que precisamente esto hace que la persona se centre más en sí mismo, en como lo perciben los demás, en sus gestos y expresiones en lugar del mensaje mismo.
Lo importante es el mensaje y lograr persuadir al público. Claro y preciso.

Gracias...