Twitter te hace pensar que eres sabio,instagram que eres fotógrafo y facebook que tienes amigos. El despertar va a ser duro.
(Leído en redes sociales)

sábado, 12 de abril de 2014

Maestros

La enseñanza, en mi opinión es una profesión ambivalente. En ella te puedes aburrir soberanamente o bien puedes vivir con pasión cada uno de los descubrimientos que van haciendo los alumnos. 
Aunque hay carreras y facultades que, en teoría, enseñan a ser profesor, lo cierto es que nadie te enseña a serlo y debemos aprenderlo día a día mediante el sistema de ensayo y error.
En los inicios todo son incertidumbres, miedo a quedarse en blanco, miedo a que se acabe el guión preparado, miedo a enfrentarse a una "legión" de niños o adolescentes, miedo a preguntas comprometidas de los alumnos, miedo a las entrevistas con las familias... Con el paso del tiempo, corrigiendo errores y anotando lo positivo y lo útil, se van abandonando las apariencias que se muestran en los inicios y poco a poco se va uno ganando la libertad de ser verdaderamente maestro - profesor.
Esa libertad se basa fundamentalmente en tener control de la situación, conocer lo que se puede y no se puede hacer en clase, tener seguridad en uno mismo, de saber decir lo que uno piensa sin condicionar a nadie, de ensayar nuevas técnicas y metodologías para explicar o exponer un nuevo tema, controlar la posibilidad de modificar contenidos...
Esa libertad de ser maestro conlleva automáticamente la alegría de sentirse útil a los demás, de ser reconocido por todos, de saber escapar a la rutina y en definitiva de obligarte, sin darte cuenta, a no aburrirte soberanamente "ejecutando" tu profesión. La clave desemboca en que cada clase es una aventura y un nuevo reto intelectual para los alumnos y para mí.
A día de hoy debemos dar un paso más para no estancarnos, para renovarnos, para renovar la educación y para adaptarnos al futuro educativo y que éste nos adopte a nosotros. Así, nos proponemos dar ese paso buscando que el alumno no asista atónito o exasperadamente aburrido a las clases magistrales continuadas y sucesivas en una mañana que dan lugar a seis horas sentado mirando a un "títere" hablar, hablar y hablar. Hoy día debemos buscar la doble dirección. Unamuno ya tenía la clave de la educación del futuro: ":..seamos seres humanos y maestros pero no seamos profesores -el que profesa algo- que nuestro pensamiento se muestre en continua y constante marcha, mejor aún, conocimiento, no escribamos lo pensado y preparado sino que pensemos escribiendo igual que pensamos mientras hablamos y pensamos mientras vivimos...porque la vida de un maestro es pensar y vivir y, a la vez, hacer pensar y hacer vivir.
Porque la realidad de la educación no es aprender contenidos para olvidarlos tras un examen, sino que lo realmente importante es ayudar al alumno a comprenderse a sí mismo y entender el mundo que les rodea y el mundo que les va a rodear.



"El sesenta y cinco por ciento de los niños que hoy cursan los primeros ciclos de primaria tendrán profesiones que aún no se han inventado"


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