Pantallas flexibles, sensores adheridos al cuerpo a modo de piel, paredes convertibles en interfaces gigantes interactivas, realidad aumentada, exoesqueletos o chips digeribles son algunas de las tendencias tecnológicas más prometedoras en un plazo corto de tiempo. Es el futuro de la salud.
Las previsiones para un futuro próximo sitúan el número de usuarios de teléfonos móviles por encima del de la población mundial, y del mismo modo, resulta imparable la expansión de sensores, que unidos hacen pensar en un papel muy destacado de la llamada tecnología “ponible”(wearables) es decir, esa que se lleva puesta, como las gafas, relojes y pulseras “inteligentes”.
Las posibilidades de la nueva tecnología para la salud comienzan al permitir el control de todo tipo de parámetros biológicos del usuario, pero también los nuevos dispositivos llevarán esta revolución tecnológica a la educación, a los medios de comunicación o al mundo audiovisual.
Se trata de electrónica que se puede ingerir y envía notificaciones desde el interior de nuestro cuerpo. La aplicación más obvia es el control de la medicación: cuando alguien toma su pastilla con esta tecnología incorporada, una alerta lelga a los hijos o la persona al cargo. Supone una evolución respecto a apps como MediSafe o Mis Medicinas, ideadas también para organizar y llevar al día los tratamientos.
Aun más sorprendente serán los ordenadores que se "pegarán" a nuestra piel orientados a sectores como el deporte para el control del rendimiento y monitorizar la actividad deportiva, vigilar a los más pequeños, usos médicos e incluso en cosmética. “Tecnología basada en sensores como la que ya vemos en salud”.
Aunque uno de los aspectos que más asusta del futuro son los bio ordenadores como los tatuajes electrónicos que serán pantallas táctiles que podremos ver en diferentes partes de nuestro cuerpo” o los “ordenadores digeribles”, píldoras que se están desarrollando para enviar información sobre nosotros desde dentro de nuestro organismo.
Aun más sorprendente serán los ordenadores que se "pegarán" a nuestra piel orientados a sectores como el deporte para el control del rendimiento y monitorizar la actividad deportiva, vigilar a los más pequeños, usos médicos e incluso en cosmética. “Tecnología basada en sensores como la que ya vemos en salud”.
Aunque uno de los aspectos que más asusta del futuro son los bio ordenadores como los tatuajes electrónicos que serán pantallas táctiles que podremos ver en diferentes partes de nuestro cuerpo” o los “ordenadores digeribles”, píldoras que se están desarrollando para enviar información sobre nosotros desde dentro de nuestro organismo.
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