Avatar, Wall-e o Los sustitutos son claros ejemplos de ciencia ficción que se adelanta a una muy próxima realidad. La iniciativa 2045 nos lleva a esa realidad. El magante ruso Dimitry Itskov lleva ya dos años intentado buscar al inmortalidad en el año 2045. Pero una inmortalidad demasiado artificial, más o menos, viviendo en un "avatar" donde se habrá "descargado" nuestro software, nuestra mente, nuestro alma.
La ciencia, por supuesto resuelve miles de problemas, pero también crea otros tantos. La ciencia es un arma de doble filo. No tengo claro si esto podrá darse en el año 2045 pero es muy probable que la humanidad tienda a este tipo de futuro. La cuestión llega al planteamiento ético, para saber si realmente una persona podrá y querrá "vivir" de esta forma. Pienso que a menos que cambiemos genéticamente los fundamentos de nuestra personalidad es de esperar que las primeras personas que se sometan a tal experimento perezcan por cuestión de adaptación, pero como todo en nuestra historia ha sido selección natural, probablemente, poco a poco, los individuos más inteligentes y menos dependientes de su cuerpo durante su "vida física" acaben consiguiendo esa presunta inmortalidad y ellos mismos serán los que decidan autoapagarse al cabo, quizá de siglos o milenios. Esta claro que nuestro cuerpo está diseñado para irse oxidando y llegar alrededor de los 80-90 años pero la mente, está preparada para vivir siglos o milenios??
Se prevé la producción a gran escala de avatares muy realistas de bajo costo, donde se descargarían los contenidos de un cerebro humano, con todas las particularidades de conciencia, sensibilidad y personalidad.
La iniciativa se fundamenta en reproducir una copia digital de nuestra mente en un portador no biológico, que podría vivir miles de años. Itskov afirma que cuenta con el apoyo de 30 reputados científicos que han empezado a estudiar su proyecto, si consigue su propósito creará el primer ciborg de la historia. Para cumplir este sueño está dispuesto a invertir parte de su fortuna a cualquier empresa que lo quiera ayudar, dado que está convencido de su viabilidad y todas las ventajas que se conseguirían, como erradicar el hambre en el mundo puesto que las máquinas no necesitan comida, o terminar con esta propuesta con las enfermedades. Está convencido de que los avatares se regirán por la ley de la oferta y la demanda, así que una vez la producción aumente, su coste caerá.
El multimillonario ruso ha establecido cuatro fases para su investigación. La primera parte culminará en 2025 con el llamado ‘Avatar A’, en la que se intentará desarrollar un cuerpo robótico controlado por una interfaz cerebro-máquina. Con el ‘Avatar B’ los científicos intentarán trasplantar el cerebro de un humano dentro de un cuerpo robótico, habiendo el ser humano fallecido antes del intento de trasplante. En 2035 el ‘Avatar C’ se compondrá de un cuerpo y cerebro artificiales en el que los científicos introducirán la personalidad y experiencias de un ser humano antes de morir. Y el ciborg definitivo llegaría entre 2040 y 2045, cuando los investigadores tengan suficiente experiencia como para conseguir liberar a la mente humana de los condicionantes físicos humanos. El último paso consiste en descargar el contenido de un cerebro en una red de datos, para convertirnos en software cuya representación podría ser holográfica.
Solo el tiempo dirá si la utopía de Itskov se cumplirá y el sueño de los seres humanos de vivir eternamente se hará realidad.
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