Cualquier actividad humana (jardinería, cocina, programación de sistemas) puede ser elevado a un nivel expresivo que inspire y trascienda nuestras limitaciones percibidas de la vida cotidiana. Todo esto también puede ser arte, por qué no?
Esta definición más amplia de arte reconoce que la capacidad de expresar esa cualidad especial de la experiencia humana está justo bajo la superficie y está disponible para todos nosotros.
Ser artistas, en ese sentido amplio de la palabra, es algo que debemos alentar en nosotros mismos y en otras personas.
Para mí es importante que la creatividad surja de una manera orgánica y se alimente de las varias facetas de mi vida.
Debemos dejar que la creatividad nos lleve por el camino que sea, independientemente del medio que usemos para expresarnos.
La imaginación es algo que todos poseemos y que no se pierde a lo largo de la vida. La creatividad también es algo que poseemos, pero que a base de no usar o de cumplir normas y reglas sobre cómo deben hacerse las cosas, se va oxidando hasta que no sabemos ni dónde está (pero es recuperable, no hay problema por eso).
Cuando una empresa busca innovación para el desarrollo de sus productos o de su sistema de trabajo, los conceptos de innovación, creatividad e imaginación llegan a parecer sinónimos y es, porque en realidad, tienen mucha relación.
La imaginación es la esencia de todo, un poder inherente a los seres humanos. Es la capacidad para traer a la mente cosas que no están presentes.
Seamos sinceros, podemos pasar días enteros imaginando que seremos grandes empresarios, grandes vendedores o grandes emprendedores y nunca llegar a serlo. La creatividad empresarial, es poner a la imaginación a trabajar.
Y la innovación significa poner en práctica esas ideas creativas.
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