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(Leído en redes sociales)

domingo, 8 de enero de 2017

La posthumanidad (En un lustro de nada ya estaremos en 2022)

Resultado de imagen de el mundo en 2022Si de repente te dicen que en 30 años se podrá “curar la muerte”, que podrán criogenizar tu cerebro y devolverte a la vida en tu cuerpo clonado de 20 años, que hablaremos por telepatía a la velocidad de un ordenador porque el lenguaje es muy limitado y que la frase “yo no se” va a desaparecer porque no habrá limites al conocimiento…seguramente -y después de un gesto de incredulidad-pensarás que te están explicando el argumento de un libro de ciencia ficción.

Y entonces viene José Luis Cordeiro, profesor fundador de la Singularity University y te dice que ese será nuestro futuro, que se está trabajando en ello y que en el año 2045 “veremos la muerte de la muerte” porque “la ciencia ficción de hoy es la ciencia de mañana”. -Antes de continuar es necesario explicar que la Singularity University es un centro de innovación creado por Google i la NASA en Silicon Valley en 2009 con el objetivo de desarrollar tecnología para resolver los grandes desafíos de la humanidad. Desde entonces, otras empresas científicas y tecnológicas se han unido al proyecto, como Genentech (empresa líder en biotecnología), Cisco o Microsoft.

¿Qué pasará en el 2045?

Cordeiro explica en el programa “Cuando ya no esté. El mundo dentro de 25 años” de Iñaki Gabilondo que en los próximos 20 años se producirán más cambios que en los últimos 2.000. “Será un tsunami tecnológico que lo va a afectar todo: religiones, educación, cultura y todos los sectores económicos ”, afirma calculando que en 20 o 30 años “vamos a curar la muerte y el envejecimiento”. Fija un año, el 2045, como la fecha límite para que esto se haga realidad e indica que estas proyecciones se basan en los avances actuales de la ciencia.

Según el profesor, vamos a poder reciclar nuestro propio cuerpo con nuestras propias células. Un avance que responde al desarrollo de un descubrimiento: “el cáncer descubrió cómo no envejecer porque las células cancerígenas no envejecen y por eso hay que matarlo, no se muere”. Asegura que el cáncer es la prueba que la inmortalidad es posible.“Al final se suicida porque se come el organismo” pero añade una puntualización trascendente: “a menos que se haga un trasplante del tumor y que siga creciendo en otra parte”. “Las células malas como el cáncer descubrieron cómo no envejecer, pero las buenas, las células madre, tampoco envejecen, viven indefinidamente y se pueden conservar en un cultivo”, explica Cordeiro con un contundente “yo no pienso morir”. Espero que no se lleve una decepción

Dejar de morir será posible (si queremos)

Google está invirtiendo en medicina con el objetivo de “curar la muerte”. Ya ha invertido 1.500 millones de dólares “porque sabemos que va a ser posible”. Y ahora vienen las mejores noticias: “en 30 años vamos a prevenir el párkinson, el alzhéimer y el envejecimiento, la gente podrá mantenerse en una edad biológica de 20 o 30 años permanentemente”. ¿Te lo puedes imaginar? No será obligatorio, por supuesto, sólo faltaría. Al final significará que tendremos que trabajar eternamente. ¿Cuándo disfrutaremos de la jubilación? ¡A ver si la verdadera revolución será que no habrá que pagar pensiones!
Y mientras llegamos al 2045 y nos quedamos sin jubilación, ¿qué pasará con la gente que se seguirá muriendo? Cordeiro tienen una respuesta muy sencilla: “congelarlos”. No es ninguna broma. Pone como ejemplo los embriones. El tiempo máximo que se ha logrado congelarlos ha sido 18 años. Después de ese periodo de tiempo, los embriones se han desarrollado, han crecido y, por lo tanto, “son la prueba que se puede congelar algo vivo y traerlo de vuelta”.
Resultado de imagen de inteligencia artificial 2045
Partiendo de esta base, a los que vayan a morir “tenemos que criopreservarlos y en un tiempo (que no puede precisar) podremos reanimarlos y traerlos de nuevo a la vida”. Además, sólo será necesario conservar el cerebro (dice que es más efectivo así) porque ,según el profesor, el cuerpo se podrá clonar. Pero no se clonará tu cuerpo de 70 años, sino tu cuerpo de 20. ¿Dónde hay que firmar? Me permito incluir una mejora: ya que estamos, que nos clonen mejorados en nuestro peso ideal, y con un pelazo y una piel perfectas.

Al margen de frivolidades, en este punto la reflexión obligada es: ¿si la gente deja de morirse, vamos a caber todos? Cordeiro también tiene una respuesta, porque cree que “estamos mal distribuidos y no hemos utilizado bien los recursos”. Además afirma que el crecimiento de la población no será exponencial, por lo que podrá absorberse, y tendremos más opciones donde vivir porque “vamos a iniciar la colonización de Marte, así que si no cabemos, nos trasladamos allí”. No se puede decir que Cordeiro no sea un hombre motivado. Para los incrédulos conviene recordar la teoría de Malthus, que en el siglo XIX advertía al mundo que “el poder de la población es indefinidamente más grande que el poder de la tierra para garantizar la subsistencia del hombre”, y aunque hay muchos que todavía creen en un final apocalíptico de este tipo en qué el hombre arrasará por completo la Tierra (de momento esto también es ciencia ficción), millones de científicos trabajan para encontrar nuevas fuentes de energía y recursos.

En este sentido, el profesor y fundador de la Singularity University considera que si nos morimos menos habrá más cerebros pensando y disponer de muchos cerebros “es lo que ha hecho que el mundo avanzara tan rápido”. Adelanta que seremos capaces de recrear artificialmente los recursos naturales, empezando por la alimentación: “la comida no vendrá de los animales, será artificial y podremos regular la intensidad del sabor. Será más barato, más ecológico y más humanitario” porque no habrá que matar animales.

Los cambios no acaban aquí. “La robótica y la inteligencia artificial sustituirán muchos oficios, se acabaran los trabajos de chófer, taxista o camioneros, dejaran de existir”. Cordeiro afirma que “Repsol no va a existir” dentro de 30 años”. En mi humilde opinión, el profesor subestima la presión que pueden llegar a hacer grandes lobbies . El coche eléctrico hubiera sido posible mucho antes. ¿Por qué crees que no se ha empezado a fomentar su uso hasta ahora? Y aún así no es asequible para el ciudadano medio…

La telepatía y la memoria de la humanidad en la nube. Hablar es primitivo

Uno de los cambios más radicales que introduce Cordeiro es que en 30 años “nos comunicaremos a supervelocidad, la telepatía será posible”. Dice que “ya está comenzando, ya hay lectores de mente y pronto podremos enviar información de cerebro a cerebro”. Opina que “hablar es primitivo” porque hay que hacerlo “palabra por palabra”. “Todo lo que quiero decir está en mi mente pero no puedo transmitirlo todo a través del lenguaje”. En cambio, en unos años, “la información se enviará al instante al otro cerebro”, como hacen los ordenadores.

Asegura que “la telepatía va a ser un enorme salto evolutivo, como lo fue el lenguaje”. Avanza que, además, podremos comunicarnos con otras especies y aumentar la inteligencia de los animales. “¡Podremos hacer el planeta de los simios!”, exclama. A mi esto último, personalmente, no me hace ni pizca de gracia.

El fin de la Edad Humana: la Edad Posthumana

Según el profesor, la inteligencia artificial superará la humana en el 2045. De hecho, ya lo ha hecho en algunas cosas como “la velocidad de transmisión de información”. Argumenta que “los ordenadores intercambian informaciones al segundo y las transmiten perfectamente, no se les olvida” mientras que “a usted se le va a olvidar”.

Calcula que en el 2029 (quedan sólo 13 años) se hará realidad el test de Alan Turing y no sabremos distinguir si hablamos con una persona o con una máquina. Y en el 2045 “ocurrirá la singularidad tecnológica total: los ordenadores tendrán almacenados todos los recuerdos de la humanidad”.

Será el año en que veremos “el fin de la Edad Humana, el fin de todo lo que conocemos, será la Edad Posthumana”. Explica que la inteligencia artificial no supondrá una invasión robot, sino que formará parte de nuestra vida diaria, nos va a complementar.

Cordeiro asevera que en el MIT ya están trabajando en los sentimientos de los robots y en Corea del Sur preparan una ley para otorgar derechos humanos a los robots en 10 años. Pero no hay que ir tan lejos. Este octubre empieza la primera olimpiada ciborg.

Todos estos cambios supondrán el fin de la Edad Humana, según el profesor, porque dejaremos de entender el mundo como lo hacemos ahora. Aunque asume que “parte de la humanidad se quede atrás y no quiera avanzar” tomando una decisión consciente, tiene claro que seremos humanos mejorados, habrá vida en otros planetas (hay ocho programas para colonizar Marte) y las religiones van a desaparecer porque no podrán explicar la muerte. Si dejamos de morir, “¿qué va a explicar el cura?” se pregunta.

Pronostica un mundo “hermosamente avanzado, limpio, ecológico, con realidad aumentada y virtual que nos va a permitir tener una segunda vida complementaria donde vamos a estar conectados a la nube, no vamos a poder decir ‘yo no se’ porque en cinco años el mundo entero estará conectado y no habrá límites al conocimiento, la basura no va a existir, será un mundo en el que todo se va a poder reciclar. Un mundo avanzado, de telepatía, inmortalidad y posibilidades infinitas no sólo en la Tierra sino fuera de ella”.

Todas estas afirmaciones generan un intenso e interesante debate interior que, si compartimos, seguro que nos dará horas y horas de conversación e intercambio de ideas y también de miedos, de vértigos, delante de unos cambios difíciles de asumir desde nuestra visión clásica del mundo. Y si a toda esta reflexión le añadimos el nuevo proyecto de Stephen Hawking, Mark Zuckerberg (Facebook) y el multimillnario ruso Yuri Milner para llegar a Alpha Centauri , que es la estrella más cercana a la Tierra, en sólo 20 años cuando con la tecnología actual se tardaría 30.000 años en llegar, nuestra concepción del futuro se queda sin límites. Hawking argumenta que “la Tierra es un lugar maravilloso, pero puede que no dure para siempre. Tarde o temprano debemos mirar a las estrellas” y este proyecto “es un primer paso muy estimulante”.



Entrevista a José Luis Cordeiro en el programa "Cuando yo no esté" de Iñaki Gabilondo

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