Dicen que Orfeo estaba casado con la Ninfa Eurídice, de la que estaba profundamente enamorado. Un día que ella estaba paseando por la orilla de un río, se encontró con el pastor Aristeo. Cautivado por su belleza, Aristeo se enamoró de ella y la persiguió por el campo. Eurídice trató de escapar, pero mientras corría tropezó con una serpiente, que la mordió con su letal veneno. Abatido por su pérdida, Orfeo decidió viajar a los infiernos (de los que ningún mortal habría retornado jamás), para lograr que le fuera devuelta su esposa.
Y todo esto se sigue repitiendo cada día. Las dudas infundadas, la curiosidad innecesaria, la desobediencia injustificada hace que muchas cosas que tenemos en la mano se acaben desvaneciendo por ser poco disciplinados.
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