Los medios de comunicación, entre ellos la televisión,
tienen un gran poder al llegar a millones de personas. Todo lo que en ellos se
muestra, se dice o se cuenta es sumamente importante ya que puede influir de
una u otra manera en las personas. Por eso, hay que cuidar con mucho mimo los
contenidos que se van a difundir.
Surge aquí el eterno dilema: ¿Es la televisión un reflejo de
nuestra sociedad? o por el contrario, ¿ésta se construye a raíz de lo que ve la
pequeña pantalla? Hay, en este sentido, opiniones para todos los gustos. En
cualquier caso, según algunos expertos y analistas, España tiene motivos más
que suficientes para preocuparse.
Las series son, sin duda, uno de los mayores fenómenos
dentro del ámbito televisivo. Las hay de todo tipo, género y condición: de
médicos, policiales, comedias, juveniles y estudiantiles. Un amplio abanico de
posibilidades con el fin de abarcar a gente de diferentes edades, gustos, y
formas de entender la vida. El objetivo es que nadie se quede fuera y conseguir
la mayor audiencia posible.
Si analizamos las series y programas que más audiencia
generan hoy día nos encontramos con esta triste clasificación:
La que se avecina
Tu cara me suena
La voz
Hay una cosa que te quiero decir
Quién quiere casarse con mi hijo
Erase una vez
Sálvame
Amar en tiempos revueltos
El hormiguero
Los Simpson
De buena ley
El intermedio
Españoles en el mundo
El secreto de Puente Viejo
Algunos de los programas son lamentables tanto para la formación como para el propio entretenimiento. Si la televisión es un referente en el tiempo de ocio (y de ociosidad) actual, estamos ante un grave peligro. Programas denigrantes como por ejemplo Quién quiere casarse con mi hijo, De buena ley o Sálvame en donde el lado humano se deja a un lado para caricaturizar, humillar e incluso vejar la imagen de las personas, deberían ser estudiados por el organismo competente para ser retirados de manera fulminante, no sé si es el ministerio de cultura (o incluso el de sanidad) el que debería actuar de oficio. Y gracias a Dios que hoy día no están por aquí (aun) el estercolero de Gran Hermano, la escuela de machismo de Granjero busca esposa o el esperpento de cárcel de El juego de tu vida.
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