EL BENEFICIO DE LA DUDA

En este país la presunción de inocencia cada vez queda más en segundo plano. Entendiendo ésta, en principio, como una garantía consagrada en los Derechos Humanos, que se manifiesta en uno de sus artículos donde dice que "...toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad", es triste que esa presunta inocencia ya no sólo quede defenestrada sino que además basta con que un pájaro de mal agüero se le ocurra un día un bulo implicando a cualquier persona honrada para que ésta no sólo quede marcada para siempre y tenga que salir a defenderse. El tal pájaro de mal agüero además queda "limpito" de su acusación y al que le ha tocado el "gordo" tenga que volverse loco para demostrar su inocencia mientras todo el mundo lo equipare al mayor de los delicuentes y criminales.
En España así es, basta con que el dedo acusador te señale por antojo que lo tienes chungo, eres tan malo como los malos de verdad y tanto es el daño ocasionado, que probablemente, aunque se demuestre lo contrario, quedes señalado con frases como ...cuando el río suena...
Hoy día no puedes poner la mano en el fuego por nadie, cierto es, pero con la noticia que estos días ha aparecido en los medios de comunicación, señalando y relacionando al Director General de Deportes de la Junta de Castilla León, Miguel Ignació González con la "trama Gurtel", te das cuenta que nadie está a salvo de las acusaciones de cualquier dedo seas inocente o culpable. No voy a tomar parte en si Miguel Ignacio es culpable o inocente a pesar de mi amistad y mi relación con él, lo que me repatea es la facilidad que hay para hacer daño porque si dicen que en el amor y en la guerra todo vale, parece ser que esto es mucho más extensible a la política: ...dicese de una jungla llena de hienas, alimañas y perros rabiosos.