He visto una película tipo Ben-Hur, Quo Vadis, Robin Hood, incluso Troya. Que no es mala, pero no pasará a MI historia del cine.
Por momentos algo pesada con tanta persecución judeo-cristiana, por momentos brillante cuando en la biblioteca la protagonista avanza en sus investigaciones sobre el círculo, la elipse y la astronomía. La historia es interesante pero no brillante en su totalidad. Y al final me hace inclinarme por la cara B de Amenabar, el del cine indiferente en el paso del tiempo. Es la otra cara del cine amenabariano. Lejísimos del impacto, mi impacto, de las pelis que cito al principio. Tampoco para dormirse como me pasó en Mar adentro. Espero que aunque sea en 2017, Amenabar vuelva a su cara A y nos deje otra joya. Me sorprende que el guión de Agora lo haga junto con Mateo Gil, genial en las historias, y aquí, como digo, ni fu ni fa.
Me quedo con las palabras de Borja Hermoso del diario El Pais que describe para mí perfectamente lo último de Amenabar:
Agora no logra, creo, traspasar el restringido umbral que separa lo bueno o muy bueno de lo excepcional. Hay pasión y toda la maestría del mundo en esta película pero en el centro del ágora... falta el punto de garra o de alma necesario.
3 comentarios:
Firmo al 100% lo que has escrito. ¿quién ha engañado a Amenábar? ¿Don Dinero?
A mi me recuerda un poco a lo que pasa con Steven Spielberg. No es que fuera de las películas de ficción lo haga mal. Es que en las de ciencia ficción o de temas similares es muy bueno y en las otras me aburro.
No tiene que ver con el post, pero aprovecho el último de cine para recomendaros una película original, diferente, emotiva y real como la vida misma, para mí una joya y lo mejor que he visto, por el fondo y sobre todo por la forma en los últimos años, en formato de largometraje: 500 días juntos. Desgartrosla y verla y ya me diréis, os va a encantar (espero).
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