Más allá de fervores religiosos y creencias cristianas, la verdadera Semana Santa en España se celebra bien en Andalucia o en Castilla (ahora llamada Castilla-León),sin excluir a Murcia, dentro de un carácter fundamentalmente turístico y de ocio.
No creo que exista rivalidad, exceptuando el interés de la gestión turística, pues en Castilla encontramos la austeridad, el silencio respetuoso y las grandes tallas escultóricas y en Andalucía el colorismo, el fervor extremo e incluso lo lujoso.
Pero para un turista con cuál quedarse?. En Andalucía, quizá la más conocida internacionalmente sea la Semana Santa de Sevilla. El carácter abierto del pueblo andaluz también queda patente en la manifestación de su religiosidad con la interpretación de “saetas”, cánticos religiosos que entonan los fieles a los distintos pasos.
En Castilla y León, fiel a su carácter recio y sobrio nos encontramos con una Semana Santa que responde a estas características, especialmente famosas son las procesiones de Valladolid, Zamora, Salamanca y Medina de Rioseco, sin olvidarnos de las de Medina del Campo, León o Segovia. La escuela castellana de imaginería queda patente en muchas de sus tallas que convierten a las ciudades castellanas durante estos días de Semana Santa en un auténtico museo en la calle.
Así vemos que se enfrentan la Semana Santa del Museo contra la Semana Santa de la fiesta en la calle.
Hace bastante que no voy a ver una procesión aquí en Valladolid y también entiendo que, dejando a un lado el valor de las tallas de los pasos, se me hacen muy pesadas las horas que hay que aguantar, normalmente bajo el frío vallisoletano para ver un continuo fluir de capuchones de colores o de señoras vestidas de negro, creo que por aquí las denominan "Manuelas". Sólamente la procesión de la Piedad y del Cristo del Gran Poder en Salmanca en la madrugada del Viernes Santo me ha llamado ciertamente la atención. Las tallas, por supuesto, que no se pueden comparar con las vallisoletanas, pero la orginalidad de su estructura, su variedad (no sólo hay nazarenos y pasos) con costaleros, y sobre todo, la luminosidad de los mejores monumentos salmantinos en plena noche le dan un matiz muy diferente a todo lo visto en otros lugares.
No creo que exista rivalidad, exceptuando el interés de la gestión turística, pues en Castilla encontramos la austeridad, el silencio respetuoso y las grandes tallas escultóricas y en Andalucía el colorismo, el fervor extremo e incluso lo lujoso.
Pero para un turista con cuál quedarse?. En Andalucía, quizá la más conocida internacionalmente sea la Semana Santa de Sevilla. El carácter abierto del pueblo andaluz también queda patente en la manifestación de su religiosidad con la interpretación de “saetas”, cánticos religiosos que entonan los fieles a los distintos pasos.
En Castilla y León, fiel a su carácter recio y sobrio nos encontramos con una Semana Santa que responde a estas características, especialmente famosas son las procesiones de Valladolid, Zamora, Salamanca y Medina de Rioseco, sin olvidarnos de las de Medina del Campo, León o Segovia. La escuela castellana de imaginería queda patente en muchas de sus tallas que convierten a las ciudades castellanas durante estos días de Semana Santa en un auténtico museo en la calle.
Así vemos que se enfrentan la Semana Santa del Museo contra la Semana Santa de la fiesta en la calle.
Hace bastante que no voy a ver una procesión aquí en Valladolid y también entiendo que, dejando a un lado el valor de las tallas de los pasos, se me hacen muy pesadas las horas que hay que aguantar, normalmente bajo el frío vallisoletano para ver un continuo fluir de capuchones de colores o de señoras vestidas de negro, creo que por aquí las denominan "Manuelas". Sólamente la procesión de la Piedad y del Cristo del Gran Poder en Salmanca en la madrugada del Viernes Santo me ha llamado ciertamente la atención. Las tallas, por supuesto, que no se pueden comparar con las vallisoletanas, pero la orginalidad de su estructura, su variedad (no sólo hay nazarenos y pasos) con costaleros, y sobre todo, la luminosidad de los mejores monumentos salmantinos en plena noche le dan un matiz muy diferente a todo lo visto en otros lugares.
2 comentarios:
Estoy de acuerdo contigo excepto en que creo que a las señoras de negro se las llaman Manolas, no Manuelas.
A mi no me gustan las procesiones, pero la de Salamanca de la madrugada es la única que me sigue impresionando. Si no hiciese tanto frío iría todos los años.
Tiempo de no venir a tus verdades relativas. Tiene su encanto las precesiones, en mi país se hace una representación viva de esos pasajes en un lugar llamdo Ixtapalapa...
Buen fin de semana, saludos, Monique.
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