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(Leído en redes sociales)

miércoles, 16 de septiembre de 2009

REFLEXIONES ANTES DE UNA MEDIA MARATON


Cuando era velocista y en el entreno inicial en fases de carga había que correr más de 20 minutos, había cierta molestía hacia ese tipo de actividad, ahora bien, simpre me he considerado con facilidad para los rodajes. El hecho de salir a correr siempre me ha gustado, no como parte de un entrenamiento sino más bien como parte del tiempo de ocio. En el verano de 2003 (ya habían pasado cinco años desde el cese como atleta velocista), me había descuidado en cuanto al sobrepeso y mientras mi peso de competición siempre estaba en torno a los 75 kilos, me había puesto en 82. Decidí hacer mucha bici y rodajes suaves sin forzar. Como además lo acompañé de una cierta dieta conseguí ponerme en forma y además bajar a 77 kilos con lo que algún amigo y ex atleta me animó a meterme al reto de realizar una media maraton. Nunca había corrido más de una hora y ese reto proponía pasar, sin duda, de la hora y media. Comencé a hacer rodajes que llegaban hasta los 70 minutos. Y afronté el reto. La experiencia, en general, fue buena. 17 kilómetros aceptables pero los últimos cuatro un verdadero muro. Terminé en 1 hora 39.


En 2004, con la rotura del ligamento cruzado y menisco, la cosa para el deporte se estancó bastante y las actividades cesaron algo y la sombra del sobrepeso volvía a recaer. No volví a terminar ninguna media maraton.


Tras aquella experiencia, seis años más tarde, en junio de este año, la falta de ejercicio y una báscula que marcaba 84, casi 85, proponían dedicar el verano a modelar un poco el cuerpo descuidado. Con rodajes de tipo medio pero suaves comencé en junio con el propósito de bajar a 80 kilos. La empresa ha sido complicada: una dieta sacrificada y un volumen altísimo de entrenamiento (mañana y tarde) basado en bici, gimnasio y sesiones de carrera continua que han llegado y superado los 90 minutos, han conseguido llegar a bajar en dos meses y medio de los casi 85 a 75. Diez kilos y un interesante estado de forma.


A cuatro días vista (el domingo es la media maraton) me encuentro con más volumen en las piernas que hace seis años, algo menos de intensidad, y con la experiencia de no salir como un 'loco' a 'cuatro el mil' como hice aquel año. Con diez kilos menos aparece una doble sensación de confianza. El saber que se ha realizado un buen trabajo, planficado y sobre todo, individual y solitario (lo que le da un gran valor) y por otro lado, una sensación mental, estética y física de bienestar que hace mucho no sentía.


Una media maratón para una persona de biotipo mesomórfico (Velocista y con alto grado, aun, de masa muscular) es un gran muro físico y mental que es complicado de superar. Aun así mi único objetivo prioritario es acabar la prueba sin sufrimiento físico y mental y después si consigo bajar de 1 hora 39 minutos pues FIESTA!


2 comentarios:

betusta dijo...

Lo mejor de todo es que tengas un objetivo tan bueno como este. No solo te sirve para estar en tan buena forma, es que también sigues teniendo ganas de cumplir una meta. La mayor parte de la gente que pasa de los 30, pasa de marcarse objetivos nuevos en la vida. Parece como si solo les importase terminar de trabajar y ponerse a ver la tele.

zendal dijo...

Desde aquí, mi mas sonoro aplauso: por el esfuerzo físico y sobre todo por el esfuerzo mental.

Me da envidia la media maratón que vas a correr. Tener un objetivo, luchar por él y superarlo, es la salsa de la vida. No hay nada mejor.