Hoy es mi último día antes de volver a trabajar. Es un día raro. Te lo tomas como un domingo culquiera del curso pero a lo bestia. Quieres descansar mucho, porque sabes que vienen diez meses de curso probablemente demoledor, pero también quieres hacer cosas como diciendo "la de cosas que he hecho estas vacaciones". Lo cierto es que es un mal día. Yo no me quejo de las vacaciones que tengo, (estaría bueno) aunque me quejo de que se han acabado. A todos esos tópicos de "vaya vacaciones tienen los profes" y el tópico de "pues hazte tú profesor" hay que añadir la siguiente reflexión. Imaginemos que me regalan quince días del 10 al 25 de junio con todos los gastos pagados y entradas para ver el mundial de Sudáfrica. Pues yo no tengo la suerte que otros tienen de administrar sus días de vacaciones a su antojo o pedirse unos días.No. Yo me tengo que coger las vacaciones cuando me manden, sean pocas o muchas, pero cuando me manden. Tampoco puedo cogerme unos días en febrero para irme a Andorra a esquiar o en marzo para ir a ver el valle del Jerte. Así son las duras vacaciones del profesor. Y por supuesto que el último día de vacaciones se hace más duro para el que lleva 56 días vacacionales que para el que solo ha disfrutado de 20. Ea!
Y repito: que el que quiera estas vacaciones; que se haga profe.
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