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(Leído en redes sociales)

jueves, 16 de junio de 2011

NO SE CONOCE SU LIMITE

Paradoja de Fermi: La creencia común de que el Universo posee numerosas civilizaciones avanzadas tecnológicamente, combinada con nuestras observaciones que sugieren todo lo contrario es paradójica sugiriendo que nuestro conocimiento o nuestras observaciones son defectuosas o incompletas.


Aquí estoy yo: Zaratán, Valladolid, Castilla, Comunidad Autónoma de Castilla y León, España, Península Ibérica, Europa, Eurasia, Hemisferio Norte, La Tierra, Zona de Ecosfera, Sistema Solar, Brazo de Orion, Vía Láctea, Universo.

Einstein definió  nuestro universo como un espacio-tiempo “curvo”. La primera limitación de nuestro universo es el propio Big Bang que “crea” la materia y que también “crea” el espacio y “crea” el tiempo. En el universo que conocemos es imposible responder a la pregunta qué había “antes” del Big Bang porque no existe un “antes”, medido con nuestro propio tiempo, ya que éste se crea a partir de la misma explosión. Así que nuestro primer límite es el tiempo, los 14.000 millones de años hacia atrás.
Ahora viene el límite espacial. Éste puede que sea más difícil de explicar y de entender. Si la máxima velocidad dentro de nuestro universo es la luz, evidentemente uno puede pensar que el tamaño del mismo sea de una esfera de radio 14.000 millones de años. Esto no es así. Simplificando mucho, pensemos que el “lugar” de inicio o “centro” de esa esfera no lo podemos situar en ningún lugar de nuestras dimensiones espaciales, debido que todo el espacio-tiempo estaba metido dentro de ese teórico “punto centro”, y al explosionar, todo el espacio creado es “centro” de la esfera.
Para nosotros, el efecto físico, matemático y filosófico del universo es que éste tiene una finitud, pero lo que sucede es que no podemos o no sabemos ponerle unos límites espaciales. Esa es la definición conocida de “el universo es finito, pero ilimitado”. Y para hacerlo mínimamente comprensible se recurre a un ejemplo bidimensional como un balón que se está hinchando. La superficie de ese balón es nuestro universo, por el que podemos viajar indefinidamente y en el que los límites son palpables. Reflexionar sobre el verdadero concepto de la palabra NUNCA o SIEMPRE, nos puede volver locos.

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