En no muchos años el mando a distancia de la televisión quedará obsoleto pues cambiaremos los canales con el pensamiento.
Como la mayor parte de los avances tecnológicos basados en la mejora de la salud y en la evolución de la medicina, su posterior desarrollo se utiliza para otros fines en otros campos, así una mejora para enfermos es utilizado para el doping deportivo de diseño. Hoy día con la mejora para los pacientes sin posibilidad de mover un músculo, la sociedad se encontrará sin quererlo con un sinfín de posiblidades para el campo del confort, el lujo y la comodidad.
La telekinesia será en breves años una auténtica revolución en todo el mundo. Mover objetos con la mente, con el pensamiento en plan "Ghost" será real quizá en menos de una década. Tampoco debemos pretender sacar de un pantano a una nave espacial como lo hizo Yoda en el "Imperio contraataca". Sin embargo, sí es posible que controles con tu mente un automóvil de juguete a distancia, que conduzcas una silla de ruedas y que guíes el caparazón de un robot.
Desde el laboratorio de Tecnologías Emergentes de IBM, en Winchester, Inglaterra se inicia la auténtica revolución de lo que yo llamaría la ciencia del movimiento mental. Por medio de un software desarrollado internamente, los investigadores han comenzado a vincular los auriculares de Emotiv con elementos como un vehículo de juguete, un interruptor de la luz y un televisor. Las señales de control provienen de dos fuentes principales: electroencefalografías para medir la actividad cerebral y lecturas de los impulsos nerviosos que viajan hacia los músculos. El equipo de programadores ya ha usado el sistema para ayudar a un paciente con el síndrome locked-in, que consiste en un desorden neurológico en el que se preserva la conciencia, pero que en el que hay parálisis corporal, excepto en los ojos.
"Vinculamos los auriculares al software de IBM. Cuando el paciente empujó el cubo en la pantalla, fue como si le hubiese hecho un clic al ratón de la computadora. Fue capaz de usar el ordenador", señaló Kevin Brown, de IBM. Un paciente incapacitado que no puede moverse podrá navegar como un robot alrededor de su casa para participar en la vida social de la familia.
Por otro lado, en el Instituto de Ciencia Cerebral Brown de Estados Unidos, los científicos están ocupados insertando chips en el cerebro humano. La tecnología, llamada BrainGate, envía las órdenes mentales directamente a un ordenador.
Ahora bien, abrir el cráneo para introducir "algo" ya se me antoja que va más allá de la propia ética de cada uno. Peligro, salud o comodidad.
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