Una de las preocupaciones constantes que al menos yo he tenido siempre es saber diferenciar lo más rápidamente posible lo esencial de lo accidental. Quizá el error no esté en fallar en saber diferenciarlo, sino más bien en querer hacerlo rápido, pero si bien es cierto que cuanto antes sepa separar una cosa de otra, antes estaré en el camino correcto.
Ejemplo interesente: un adolescente pone la televisión de hoy día y comienza a hacer zaping. Se encuentra con un señor con el pelo blanco y hablando de cosas físicas y metafísicas en un programa que se llama "Redes", sigue haciendo zaping y ve un debate político donde no se para de defenestrar al gobierno en un programa llamado algo así como "el gato al agua", sigue pasando canales del TDT y se encuentra en un canal donde solo se escuchan voces y tienen como líder "evangélico" a una rubia fea y podrida apellidada Esteban y acaba en otro canal donde se está informando del hambre galopante del "cuerno de Africa".
A qué se atiene este joven? en qué canal se detiene para seguir informándose? qué es para él esencial y qué es accidental?.
Así es la propia vida misma, un aluvión de sucesos y acontecimientos casi diarios donde debemos saber quedarnos con lo que de verdad es esencial para nosotros y desechar lo secundario o supérfluo aunque en principio nos guste y nos sea atractivo.
La clave de todo esto yo la he acabado encontrando en saber situarme entre la dicotomía de HACER y TENER frente al SER.
Creo que abusamos de hacer cosas y tener cosas para el disfrute personal e incluso para engrandecer el ego y la apariencia frente a la clave de disfrutar de todo y de uno mismo como es el saber exactamente lo que somos.
Para llegar a esa prevalencia de SER por encima de TENER o HACER, es indispensables ir cumpliendo una serie de etapas que nos ayudarán a tal empresa:
La primera etapa a mi entender es la etapa CORPORAL, sabiendo diferenciar y encontrar la barrera que separa la interioridad de la exterioridad.
La segunda etapa es la EMOCIONAL, sabiendo controlar y expresar cada una de las emociones y sentimientos al menos como catarsis. Fase para mí muy compleja.
La tercera etapa es la TRASCENDENTAL, la de saber para qué vivimos, por qué motivo queremos vivir, y sobre todo, de qué manera queremos vivir.
Todo esto nos denota una cuestión: NUESTRA ESENCIA. Si sabemos ir superando todas estas "pantallas" cual juego de ordenador o de videoconsola, acabaremos descubriendo nuestra verdadera esencia. Esa esencia está dentro de cada uno de nosotros, es la voluntad de saber quiénes somos en realidad. Nosotros tenemos el impulso innato de llegar a la perfección, de vivir plenamente nuestro potencial humano, impulso que, cuando no se contradice, nos conduce a niveles de realidad cada vez más profundos, más allá del sujeto y de nuestra personalidad.
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