El ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, propuso ayer a los responsables autonómicos en materia educativa, reunidos en la Conferencia Sectorial de Educación, su plan para eliminar 4º ESO con el objetivo de ampliar el Bachillerato a tres años, así como aplazar un año --hasta 2013-- la oferta de empleo público para el profesorado de Secundaria. Sobre la eliminación de las asignaturas de Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos, se trata de un tema que el Gobierno va a llevar a cabo, pero sin precisar una fecha concreta.Lo que está claro es que si no se cambia el nombre sí que habrá que cambiar los contenidos --valores constitucionales y europeos-- porque lo más importante es que sea una asignatura útil más que una materia de adoctrinamiento.La proppuesta del PP de ampliar a tres años Bachillerato aumentaría la oferta privada sostenida con fondos públicos a 60.000 nuevos alumnos.
El ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, propuso ayer a los responsables autonómicos en materia educativa, reunidos en la Conferencia Sectorial de Educación, su plan para eliminar 4º ESO con el objetivo de ampliar el Bachillerato a tres años, así como aplazar un año --hasta 2013-- la oferta de empleo público para el profesorado de Secundaria.
Sobre la eliminación de las asignaturas de Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos, se trata de un tema que el Gobierno va a llevar a cabo, pero sin precisar una fecha concreta.
Lo que está claro es que si no se cambia el nombre sí que habrá que cambiar los contenidos --valores constitucionales y europeos-- porque lo más importante es que sea una asignatura útil más que una materia de adoctrinamiento.
La proppuesta del PP de ampliar a tres años Bachillerato aumentaría la oferta privada sostenida con fondos públicos a 60.000 nuevos alumnos.
El concierto de las enseñanzas de Bachillerato la vieja aspiración de los centros de enseñanza privados en España tendría un coste aproximado de 250 millones de euros para el Estado. Cada año, el número de alumnos que estudia la Secundaria en centros concertados y pasa a públicos para estudiar el Bachillerato ronda los 30.000. Si estos estudiantes permanecieran en sus centros concertados los dos años de Bachillerato, estos centros ganarían por tanto, 60.000 alumnos. Un estudio de la Federación de Enseñanza de CCOO calcula que el coste a las arcas públicas por concertar esas plazas sería ligeramente inferior a los 5.100 euros anuales por alumno que se gasta de media a partir de la ESO. Aplicando una serie de variables, CCOO redondea el gasto público en estos conciertos en 250 millones.
Parece ser que esta ampliación de Bachillerato a tres años, tiene el objetivo de mejorar la preparación de los futuros universitarios y elevar el nivel cultural medio. Desde que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, desveló su intención en su discurso de investidura del 19 de diciembre, las alarmas de la comunidad educativa de la escuela pública se activaron. Más allá de la posibilidad de que se amplíen los conciertos, según los planes prelectorales del PP, el tercer año del Bachillerato no busca que los alumnos entren más tarde a la universidad, con 19 años, sino que lo empiecen con 15 años.
Transformar 4º de ESO en 1º de Bachillerato supondrá un lío descomunal. Es cierto que sólo hay cinco países europeos con un Bachillerato de dos años, pero entre los que lo tienen de tres es mayoritario el que alarga la Secundaria hasta los 19 años. Según el informe Extensión del Bachillerato: Análisis y Valoración, el Bachillerato propuesto por Rajoy, de 15 a 18 años, sólo está en vigor en Francia, Grecia, Irlanda y Portugal.
El 10% de alumnos va de la privada a la pública al terminar la ESO y teniendo en cuenta que los alumnos terminarían la Secundaria en 3º de ESO, a los 15 años, la escolaridad obligatoria se mantendría hasta los 16 años. Por tanto, comenzarían una nueva etapa en su último año de permanencia obligatoria en el sistema. El objetivo parece evidente: conseguir enganchar a los jóvenes antes de que abandonen el sistema. Un 30% de los alumnos deja de estudiar después de completar la etapa obligatoria.
Un 75% de los colegios que tienen concertada la Secundaria no tiene capacidad para impartir Bachillerato. La transformación del 4º de ESO en 1º de Bachillerato supondría el aumento de un 10% de la carga lectiva. Esto choca con la realidad de los actuales recortes y con la limitación legal a las reposiciones de plantilla (un máximo de un 30% para 2012).
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