
El trabajo de Bell se vio profundamente influido por su contexto familiar debido a lo cual su investigación en la escucha y el habla lo llevaron a trabajar con aparatos para el oído, al igual que la construcción del hidroala.
Tras la invención del teletrófono (nombre inicial del teléfono) debido a la falta de posibilidades por parte de su creador de patentar esta idea, Graham Bell registró una patente que a pesar de no describir el teléfono, lo refiere como tal, acción que le brindó todos los beneficios derivados de su comercialización.
En 1877 creó la Bell Telephone Company y nueve años después más de 150 mil personas en Estados Unidos tenían teléfonos.
Hay que considerarle, quizá, como el principal precursor de las comunicaciones tal y como se conocen hoy día y gracias a esa patente inicial, probablemente ahora mismo podamos estar manejando un teléfono móvil o fijo.
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