Twitter te hace pensar que eres sabio,instagram que eres fotógrafo y facebook que tienes amigos. El despertar va a ser duro.
(Leído en redes sociales)

miércoles, 11 de junio de 2008

EL GUSTO POR ALGO


Uno debiera ser feliz sabiendo como es uno mismo. Sabiendo las cosas buenas y malas de uno mismo y sobre todo sus preferencias, sus gustos. La frase "me gusta que me guste" podría resumir un estado de felicidad o, al menos, estar agusto como es uno mismo. El sentirte a gusto contigo mismo por algo que haces o por cómo eres. Me gusta la música y me gusta que me guste la música, no quisiera ser de otra forma. Cuando algo no nos gusta que nos guste (o no nos gusta moralmente el hacerlo) actuan los "remordimientos". Por ejemplo, imaginad a alguien que le gusten los toros (no es mi caso) pero "no le gusta que le gusten", porque racionalmente sabe que son una salvajada y un negocio que vende el sufrimiento animal. Por eso cada vez que se enfrenta a una corrida de toros su mente bulle y no le permite disfrutarla. Esto me lleva a plantearme si uno es capaz de modificar sus gustos de manera que se amolden a sus gustos morales (obviamente las actitudes son modificables), o sólo nos queda resignarnos a vivir con los remordimientos. Otra opción es modificar los gustos morales, pero ¿eso es modificable? ¿Es honesto? Creo que para nada. ¿No estarías traicionando lo más íntimo de tu personalidad? Yo tengo el caso de cosas que odio, no sé si porque he intentado odiarlas o por qué: el café, telecinco, la paella,el invierno, el tabaco... pero ¿Se puede perder el gusto por algo de manera premeditada? (que nadie se enfade, lo de los toros era sólo un ejemplo tonto)

1 comentario:

betusta dijo...

Yo creo que sí se puede perder el gusto por algo de forma premeditada, pero supongo que es muy dificil. Tenemos un claro ejemplo de los fumadores, de los alcoholicos... miran las cosas negativas para dejar de hacerlo pero pocos lo consiguen.
A mi me gustaría que me dejase de gustar la coca cola, pero no puedo... está tan rica.