Antes de la invención del papel, piedras, hojas, cortezas,
pieles de animales, huesos y tejidos fueron usados como material de escritura.
No eran ideales debido a diversas limitaciones. El papel permitió a China
desarrollar su civilización. Esto se atribuyó, principalmente, a un
inventor conocido en la antigua China
como Cai Lun.
Cai Lun [50 dC-121 dC], el gran inventor del papel, nació en
China en el período de la dinastía Han Oriental [25 dC-220 dC]. Se conoce que a
la edad de 15 años fue enviado a la corte del emperador para servir como un
eunuco. Fue ascendido varias veces debido a su diligencia, ingenio y eficacia.
Al igual que la tinta, la seda, la pólvora y otros grandes inventos, el papel
fue concebido en China. El invento de Cai Lun fue vital para el posterior
desarrollo de la explotación del papel, la cual comenzó en China, pero más
tarde sería continuada también por japoneses y árabes.
En realidad, y muy probablemente, el célebre eunuco no fuera
él mismo el inventor del papel. De lo que no cabe duda es que fue el primero en organizar la producción de este producto a gran
escala. Y que se las arregló para obtener las patentes exclusivas para hacerlo.
El asiático demostró así, anticipándose a nuestro viejo
amigo Edison, paradigma del inventor moderno, cómo tanto o incluso más importante que la innovación per se es saber encontrarle una
aplicación práctica y organizar su explotación en el mercado.
Cai Lun condujo a algunos trabajadores a usar corteza de
árboles, cáñamos, trapos de tela y descartes de redes de pesca como materia
prima para hacer papel. Las materias primas eran trituradas y luego sumergidas
en agua durante mucho tiempo. Posteriormente, las mezclas se hacían pasta,
calentada y extendida en rebanadas delgadas. Tras el secado bajo el sol, la
pasta se convirtió en papel que era adecuado para escribir.
Por ello, quizá Cai Lun, sea uno de los químicos más
importantes y decisivos de la humanidad. Ahora que el papel, en plena era
tecnológica, parece que su utilización va llegando a su fin, podemos observar
que desde aquella fecha (100 años después de Cristo) hasta ahora, han pasado
dos milenios con una utilización continua e imprescindible para la comunicación
humana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario