El ser humano tiende ineludiblemente a su bienestar físico y mental. Eso es salud, según nos muestra la OMS. A pesar de todo ese bienestar puede truncarse totalmente por muy bien que alguien intente hacer las cosas, cumpliendo a nivel familiar, social, laboral,cívico, medio ambiental, incluso religioso, cuando "algo" llega del exterior de manera inexorable. Parece ser como ya fue narrado desde este blog en un "viaje al futuro" que el Apophis tiene fecha de bienvenida. El destino del ser humano podría ser idéntico al que sufrieran los dinosaurios hace 65 millones de años.El 3 de abril de 2036 un gigantesco meteorito podría chocar contra la Tierra desatando con su impacto una fuerza equivalente a la de decenas de miles de bombas atómicas. Fue descubierto en 2004 y, tras calcular su posible trayectoria, se le dio un nombre nada halagüeño, Apophis.
Ya en 2029 Apophis pasará a una distancia de 37.000 o 38.000 kilómetros de La Tierra -la Luna se encuentra a 384.400 kilómetros de promedio-. Y siete años después esa distancia entre ambos cuerpos será aún menor, con el riesgo de que el campo magnético del planeta lo atraiga hacia sí. Por calcular se ha calculado hasta donde se podría producir el impacto. Sería en el Océano Atlántico, en las inmediaciones de África, generando un tsunami de proporciones inimaginables.
Ya hace unos años Mis verdades relativas editó la novela por capítulos El futuro ya no es lo que era que narraba lo que ocurrirá cuando llegue ese momento.
EL FUTURO YA NO ES LO QUE ERA:
Lo más seguro, apuntan los científicos,que la solución consistiría en variar su rumbo con un impacto de alta velocidad, que lo desviara pero no lo destruyera. Y si nada funciona siempre quedará la cinematográfica idea aprovechada por Hollywood de enviar una misión cuasi suicida que, emulando a Bruce Willis, se posase sobre él y realizase los trabajos pertinentes para redirigirlo lo más lejos posible. En cualquier caso, será la tecnología la que decida si algunas, todas o ninguna de estas soluciones se pueden llevar o no a cabo.
De conseguir esquivarlo en 2036 no tardará en volver a pasar por aquí. Lo hará en varias ocasiones y hay quien dice que en 2068 puede que llegue a estar aún más cerca. La pregunta que surge es: ¿será el encuentro entre la Tierra y Apophis una cita ineludible? El bienestar físico y mental no eluden el riesgo.
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