Sin ideas, el hombre se aburriría. La central de creación de ideas, aunque sean absurdas es uno de los puntos básicos del ser humano. La creatividad, la concrección de proyectos personales, las ideas como resolución de problemas o la simple toma de decisiones forman el conjunto de recursos para cimentar la inteligencia y poder adaptarase a la vida y a la sociedad de la mejor manera posible.
A lo largo de la hisoria han surgido demasiada ciencia de las ideas que no es otra cosa, a la larga que la ideologia. Demasiadas ideologías que en un gran porcentaje han tenido efectos más negativos que postivos.
Así es toda ideología en castellano acaba en “ismo” y como tal queda reflejada con cierto resquemor todo lo que acaba en tal sufijo.
Incluso las expresiones artísticas como el surrealismo, el cubismo o el impresionismo han dejando sospecha en cuanto a su brillantez entre seguidores y detractores. La cuestión queda perfectamente explicada cuando nos sumergimos en el mundo de las ideologías con sentido político-económico. Movimientos ideológicos como el Imperialismo, Capitalismo, Comunismo, Fascismo, Nacismo, Socialismo, Liberalismo, Pragmatismo, Despotismo, Absolutismo o el Nacionalismo no nos dan buena espina y nos llevan a su rechazo.
En el ámbito científico nos dan una idea de revolución, de la búsqueda de algo nuevo desde cierta etiqueta snob, así podemos conocer:
Relativismo, Evolucionismo, Conductismo o Constructivismo
Llevado al terreno religioso incluso en algún instante al terreno fanático podríamos chocar con:
Judaismo, Cristianismo, Catolicismo, Islamismo, Budismo, Relativismo, Ateismo, Espiritualismo, agnosticismo...sin olvidarnos de esas ideologías con sentido ontológico: Idealismo, Realismo, Naturalismo, Existencialismo, Materialismo, Relativismo, Subjetivismo, Pragmatismo, Utilitarismo, Empirismo, pragmatismo o positivismo.
Desde luego analizando uno por uno cito a José Luis Sampedro:
“el sufijo “ismo” siempre empeora las cosas.
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