La ciencia se está planteando si
existe un límite biológico de la vida o si la mejora de las condiciones de vida
pueden derrotar al envejecimiento. La realidad es que la esperanza de vida no
ha dejado de crecer desde 1840 y que nada indica que pueda detenerse. Antes al
contrario, lo que se desprende de esta evolución es que las condiciones de vida
están modificando los condicionantes genéticos, sin que la sociedad esté
debidamente preparada para asumir las consecuencias de lo que ha dado en
llamarse la “longevidad científica”.
La polémica surge porque, en
teoría, la longevidad máxima de una especie es algo predeterminado
biológicamente y que está por tanto al margen, tanto de la estructura por
edades de la población, como de las mejoras de las condiciones materiales de
vida que retrasan la mortalidad. Pero parece que sorprendentemente , la especie
humana es capaz de variar ese “destino biológico”.
China tendrá 470.000 centenarios
(personas que llegan o superan los cien años) antes del año 2050, contra los 7.000 que tiene
en la actualidad. India será el país más poblado en 2050, antes incluso que
China, momento en que la media de vida en este país se situará en los 74 años
de edad.
Países –top 20- con esperanza de
vida más alta:
- · Macao
- · Andorra
- · Japón
- · Singapur
- · San Marino
- · Hong Kong
- · Australia
- · Canada
- · Francia
- · Suecia
- · Suiza
- · Israel
- · Islandia
- · Nueva Zelanda
- · Italia
- · Mónaco
- · Liechtenstein
- · España
- · Noruega
- · Grecia
El indicador más corriente para
medir la duración de la vida humana es la media observada en un momento
determinado de una población, que señala la esperanza de vida de un niño en el
momento de nacer, pero eso es sólo pura estadística. En dos siglos y medio, la
esperanza de vida al nacer ha pasado de menos de 30 años a los 80 años en los
países desarrollados. En gran parte esta evolución se debe a los paralelos
progresos médicos y sanitarios, pero la duda surge respecto a si existe un
límite natural de la vida, impuesto por los genes, o si bien no existe límite
biológico alguno para la extensión de la vida humana.
Lo que sabemos al respecto es que
la longevidad de cada especie viva está contenida en su patrimonio genético:
una mosca vive tres días, un ratón, tres años, una ballena azul, 80 años, una
secuoya, 4.000 años, una tortuga marina, 200 años, una persona al menos hasta
122 años, si nos atenemos a la experiencia de Jeanne Calment, la francesa que
ostenta el récord de mayor longevidad humana demostrada
La duda que surge de la
experiencia de Calment es si su longevidad es el producto de una conjunción de
factores poco corrientes que se han dado a lo largo de su vida, o al hecho de
que la longevidad humana puede ser modificada.
Se habla incluso de que la
esperanza de vida puede duplicarse en este siglo. Un estudio de la Universidad de Illinois en el que un
ratón enano, genéticamente modificado con la finalidad de no responder a la
hormona del crecimiento, había alcanzado una longevidad récord de cuatro años y
once meses, lo que equivale a 200 años de la escala humana. Ojo a estos
estudios porque la longevidad interesa especialmente además a la medicina, la biología
y a la genética, que promete próximas revoluciones capaces de proporcionarnos
la longevidad extrema: “nuestros hijos o nietos podrían no morir jamás”. Eso ya es, definitivamente, jugar a ser Dios.
Pero cuáles son los factores para
aumentar esa longevidad.:
1) Con
el dicho “somos lo que comemos” se cumple la primera máxima. La dieta
hipocalórica es prácticamente la única de la que se tiene certeza que mejora la
salud y prolonga la vida.
2) Un
biotipo más bien ectomórfico. Cuanto más “flaco” (pero con todos los
nutrientes), mayor longevidad, ... y mejor salud y claridad mental.
3) Protección
celular. Cuánto más vivan nuestras células, más años… reduciendo el estrés
oxidativo y el daño a las mitocondrias, y aumentando la capacidad de eliminación de radicales
libres. Eso sólo se consigue con deporte suave, regular y moderado; junto con
la dieta dicha anteriormente rica en alimentos antioxidantes.
4) El
frío ayuda más que el calor. Aunque pienso que no es relevante, estudios
epidemiológicos para encontrar factores de riesgo que hacen más probable que
una persona pueda enfermar exponen que «los niños que nacen durante los meses
de invierno tienen una mayor esperanza de vida que los que han nacido durante
el verano». Permanecer en climas fríos
deteriora menos que climas calurosos y secos. Aunque lo ideal es un clima
primaveral.
5) Diez
alimentos básicos para ser más longevos:
Tomates. Posee
antioxidantes que ayudan.
Aceite
de Oliva. Ayuda al corazón en sus funciones.
Granos
integrales. Contienen todos los elementos necesarios para la vida.
Salmón.
Con muy alto contenido de Omega 3, es un alivio en todas las afecciones crónicas.
Nueces.
Junto con las almendras disminuyen el colesterol en la sangre.
Arándanos.
Muy completos en antioxidantes.
Ajo.
Saludable efectos preventivo en varias afecciones tales como las cardíacas y el
cáncer.
Uvas rojas y vino tinto. Contienen
antioxidantes y flavonoides .
Espinacas. Contiene varios
antioxidantes.
Té. El verde y el negro son buenos como
fuente de antioxidantes.
6) Evita
los cuatro grandes “puñales” antihumanidad:
tabaco, drogas, alcohol y sedentarismo.
7) Deporte
aeróbico, suave, durardero y regular. Cuatro veces a la semana con un mínimo de 30 minutos y no
más de 75. Ayuda a un mantenimiento especial de todo nuestro aparato locomotor,
circulatorio y respiratorio. Andar es suficiente. La vida tranquila es
aeróbica.
8) Melatonina como guinda al pastel. De poco sirve vivir
200 años si física, mental y estéticamente estás hecho un trapo. La melatonina
nos ayuda a que nuestro “escaparate” siga siendo joven. La melatonina es una
hormona que ya está presente de forma
natural en nuestro organismo, pero que
empieza a dejar de producirse a partir de los 40 años. En medicina antienvejecimiento o antiaging,
la melatonina es considerada como una de las moléculas con mayor capacidad
neutralizadora de los radicales libres, controlando así el estres oxidativo y
los efector perniciosos del mismo. Su ingesta a partir de los 40 años mejora la
calidad de los tejidos (piel), tienes acciones beneficiosas y preventivas sobre
las enfermedades neurodegenerativas, la arterosclerosis, la pérdida de la masa
ósea, etc.
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