Decía un slogan de neumáticos que la potencia sin control no sirve de nada, con la imagen de Carl Lewis de fondo. Yo he tenido la gran suerte, fundamentalmente gracias a mis padres, es decir por genética, de ser rápido. Rápido en cuanto a la cualidad física de la velocidad. Eso a lo largo de mi vida me ha ayudado tanto en el desarrollo del deporte como en la vida en general, puesto que unas cosas llevan a otras. Es cierto, que esa inclinación hacia la velocidad me ha forjado una forma de actuar basada en hacer las cosas lo más rápido posible para acabar cuanto antes y ponerme a hacer otra cosa. Eso me ha llevado más de un quebradero de cabeza porque hacer una cosa rápida suele faltarle lo del slogan: control y conlleva tener que repetirlo, con lo cual, esa presunta velocidad se convierte en tiempo doble de trabajo. Hoy día la velocidad está a la orden del día para bien o para mal: velocidad en la carretera, velocidad del AVE, bajarse cosas de internet en la mayor velocidad posible... es la cultura de lo rápido.Quizá la cultura de la impaciencia. Nos saca de quicio que alguien tarde más de dos segundos en reaccionar cuando un semáforo se pone en verde y al poco, todo el mundo pitando, nos saca de quicio que alguien tarde en respondernos, que alguien tarde en una cola al ser despachado en un establecimiento, que los espacios de spots publicitarios sean eternos y que no llegue el programa o película que estamos viendo. En definitiva, nos hemos vuelto muy poco pacientes en la era de la máxima velocidad. Quizá un poco de tranquilidad y sosiego ya no digo continuo pero sí, al menos, una vez al mes nos ayudaría a estar más agusto con nosotros mismos. Aunque tampoco es cuestión de cruzar los brazos.
5 comentarios:
odio los que te apuran en las filas o semaforos!!
Tienes razón. Demasiada prisa por todo, demasiadas ansias por obtener unos logros que luego no sabemos ni disfrutar, demasiada prisa con todo para hacer un montón de cosas que al final nos dejan igual de vacíos... ¿por qué?
Slow, slow. Es la filosofía que nos llega de Oriente.
Vivimos en el mundo inmediato. Internet, el movil, el pc, el polvo de 5 min... Con lo que me gusta a mí dedicarle tiempo a escribir una carta o esperar leyendo un libro el autobus, o una maratón sexual o una llamada de 10 min en lugar de una perdida... En fin...
Besos brujos!
Como en las autopistas, lo mejor es ir entre una velocidad mínima y una máxima, y como en las autopistas, cuando sobrepasas los límites te la pegas.
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