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(Leído en redes sociales)

sábado, 17 de marzo de 2012

ISLA DE LAMU



En la isla keniata de Lamu, el asentamiento swahili más antiguo y mejor conservado del mundo, los niños se mecen en una diminuta hamaca colgada de la cama, se cocina sobre las brasas y los trayectos se hacen a pie o en burro. La vida se vive a otro ritmo y se nota nada más llegar.
En toda la isla, de unos 18 kilómetros de largo por ocho de ancho en su punto más amplio, sólo hay tres coches -el del alcalde, el que hace las veces de ambulancia y el de la policía-, pero a nadie le importa. «¿Para qué hace falta un coche cuando uno es capitán de barco?», puntualiza un joven que no llega a los 20 años desde el timón de su pequeña lancha motora. Además, para moverse ya están los burros, unos 3.000 en total -casi uno por cada tres habitantes-, lo que ha dado a Lamu el sobrenombre de "la isla de los burros".
Ya desde lejos, cuando uno se acerca a Lamu en el ferry, se adivina la mezcla de culturas de la isla, presente en las cabañas de las playas, los dhows -barcos de vela- y los antiquísimos edificios del puerto, el lugar con más ambiente de la zona. 
Tuvieron que pasar casi 200 años para que Lamu volviera a renacer. Entre los 60 y los 80 del siglo pasado, hippies y yuppies venidos de todo el mundo la convirtieron en su lugar favorito de vacaciones: los primeros, ávidos de recrear en la isla comunidades en contacto con la naturaleza; los segundos, huyendo por unos días de la jungla de cristal en la que sólo importaban los altibajos de la Bolsa. Así comenzaron a proliferar los hoteles y las casas de huéspedes, al tiempo que la isla se convertía en destino por excelencia de norteamericanos e italianos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Cuál es el nombre especifico del lugar, hotel o posada de la imagen de la cabaña en medio del agua?

Gracias!