Dicen de la vieja Castilla que es monótona en sus paisajes, amplios y anchas llanuras y terrenos sin variación. Una meseta uniforme que cansa a los conductores pues no hay curvas. Pero nada más lejos de la realidad. Es probable que la provincia de Valladolid sea de las menos vistosas, pero en Castilla nos encontramos pequeños recovecos que le dan un tono diferente y a veces, te encuentras tan cerca lo que no consigues encontrar viajando a miles de kilómetros, incluso es de tal impacto algunos paisajes que te quedas tan anodadado como si vieras a los extraterrestres más familiares.
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