Hace 15 años en el año 2007 se comenzó de manera experimental y de manera algo rudimentaria a hablar de lo que va a ocurrir esta noche, conseguir viajar al centro de la tierra. Julio Verne, hace un par de siglos, también se atrevió a comentar algo así pero era algo más de excursionista.
Cuando en principios del 2007 David J. Stevenson, físico del Instituto de Tecnología Caltech de Pasadena (California), quiso conquistar el único rincón de nuestro planeta todavía inédito: el núcleo, todos pensaban que se había vuelto loco pero en un empeño tenaz por “tocar” el centro de la Tierra, ideó el primer viaje no tripulado de una sonda envuelta en hierro fundido para recorrer los 6.378 kilómetros del radio terrestre. Todo, con un artefacto del tamaño de un grano de uva. Y no sólo eso: pensó que sería posible hacerlo en ¡una semana! Su primera prueba consistió en romper una grieta en la superficie que propulsara hacia abajo su pequeño ingenio. “El hierro recorrería la grieta empujado por la gravedad, y la sonda surcaría el curso de esa fisura igual que un bote en un río”, explicó David J. Stevenson.
El protagonista tecnológico de este “Universo Matrix” tendría que fundir la roca a su paso, y la grieta rellena de hierro se iría cerrando por detrás de él. Y luchar contra las erupciones volcánicas, las presiones y las altas temperaturas. Stevenson confiaba en que la densidad del hierro y la velocidad de propulsión superarían las bolsas de magma. Los más de 4.000 grados centígrados del centro de la Tierra no eran problema para el hierro fundido. A una velocidad de cinco metros por segundo, la misión llegaría al corazón del globo en siete días. Pero, ¿cómo enviaría los datos una vez allí? La nave dispondría de una fuente de energía con la que sería capaz de emitir ondas de sonido que se propagasen a larga distancia; estas transportarían datos y serían captadas por “una radio” muy sensible, que las traduciría en información.
Los geofísicos del proyecto 'Verne' en pleno año 2022 saben que va a servir para despertar el interés por un mundo aún lleno de misterios. La hipótesis más aceptada sobre lo que ocurre bajo nuestros pies es la llamada teoría de la tectónica de placas, aceptada en la segunda mitad del siglo XX. Esa opción en miniatura va a ser posible pilotado por dos humanos y gracias a las recien descubiertas ondas epsilon la nave ira totalmente aislada y sin posibilidad de alteración de la estructura. Esperemos QUE TODO SALGA BIEN.
Cuando en principios del 2007 David J. Stevenson, físico del Instituto de Tecnología Caltech de Pasadena (California), quiso conquistar el único rincón de nuestro planeta todavía inédito: el núcleo, todos pensaban que se había vuelto loco pero en un empeño tenaz por “tocar” el centro de la Tierra, ideó el primer viaje no tripulado de una sonda envuelta en hierro fundido para recorrer los 6.378 kilómetros del radio terrestre. Todo, con un artefacto del tamaño de un grano de uva. Y no sólo eso: pensó que sería posible hacerlo en ¡una semana! Su primera prueba consistió en romper una grieta en la superficie que propulsara hacia abajo su pequeño ingenio. “El hierro recorrería la grieta empujado por la gravedad, y la sonda surcaría el curso de esa fisura igual que un bote en un río”, explicó David J. Stevenson.
El protagonista tecnológico de este “Universo Matrix” tendría que fundir la roca a su paso, y la grieta rellena de hierro se iría cerrando por detrás de él. Y luchar contra las erupciones volcánicas, las presiones y las altas temperaturas. Stevenson confiaba en que la densidad del hierro y la velocidad de propulsión superarían las bolsas de magma. Los más de 4.000 grados centígrados del centro de la Tierra no eran problema para el hierro fundido. A una velocidad de cinco metros por segundo, la misión llegaría al corazón del globo en siete días. Pero, ¿cómo enviaría los datos una vez allí? La nave dispondría de una fuente de energía con la que sería capaz de emitir ondas de sonido que se propagasen a larga distancia; estas transportarían datos y serían captadas por “una radio” muy sensible, que las traduciría en información.
Los geofísicos del proyecto 'Verne' en pleno año 2022 saben que va a servir para despertar el interés por un mundo aún lleno de misterios. La hipótesis más aceptada sobre lo que ocurre bajo nuestros pies es la llamada teoría de la tectónica de placas, aceptada en la segunda mitad del siglo XX. Esa opción en miniatura va a ser posible pilotado por dos humanos y gracias a las recien descubiertas ondas epsilon la nave ira totalmente aislada y sin posibilidad de alteración de la estructura. Esperemos QUE TODO SALGA BIEN.
1 comentario:
Hola chechu, he hecho un post sobre música española "antigua", como me dijiste que te gustaba...Aunque me odiarás a muerte porque incluí a los Héroes del silencio xD pero puede que compartamos gustos en otros grupos.
Imaginar el futuro como hizo Verne está muy bien. Lo malo es morirse y no llegar a ver ninguno de tus sueños hecho realidad. Por eso prefiero que el futuro me sorprenda. Me da rabia pensar que no llegaré a ver los adelantos que habrán en los próximos siglos.
Saludos
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