Las concepciones sobre "el mundo", sobre la totalidad que nos rodea y de la que formamos parte, han ido variando a lo largo del tiempo. Y, en paralelo, han ido haciéndolo las concepciones sobre el origen del mismo y del tiempo transcurrido desde entonces.
Los cambios en los sistemas de cómputo y de numeración, el desarrollo de los instrumentos de medida y los cambios en las ideas sobre los movimientos de la Tierra y de los demás cuerpos celestes han condicionado nuestras formas de medir el tiempo, tanto las fracciones de día como los múltiplos de éste.
En este apartado se muestran los intentos de la humanidad para desarrollar no sólo calendarios que permitan el registro de hechos y la predicción de ciclos, sino también formas de medir porciones cada vez menores y más precisas del tiempo diario.
Cuando el tiempo se mide en función de efemérides astronómicas, son las concepciones sobre la posición relativa de la Tierra, el Sol, la Luna, los planetas, las estrellas y las constelaciones, las que influyen y condicionan el calendario.
Tanto si se hace de forma explícita, mediante modelos del movimiento de los astros y la Tierra, como si se hace implícitamente, a través de recursos al "sentido común" o a la "física intuitiva", el hecho cierto es que la medida del tiempo depende en mayor o menor grado de las ideas que tenemos sobre la posición de la Tierra en el espacio.
Por ello, si entresacamos el concepto de tiempo en la evolución de la humanidad se puede decir que el tiempo es relativo o que el tiempo es algo tan concreto en una definición que podría hasta no existir y quedarnos solo con el concepto de presente, pasado y futuro. Entonces si el tiempo no existe, no deberían existir conceptos como incertidumbre, esperanza, espera o SUSPENSE.
Los cambios en los sistemas de cómputo y de numeración, el desarrollo de los instrumentos de medida y los cambios en las ideas sobre los movimientos de la Tierra y de los demás cuerpos celestes han condicionado nuestras formas de medir el tiempo, tanto las fracciones de día como los múltiplos de éste.
En este apartado se muestran los intentos de la humanidad para desarrollar no sólo calendarios que permitan el registro de hechos y la predicción de ciclos, sino también formas de medir porciones cada vez menores y más precisas del tiempo diario.
Cuando el tiempo se mide en función de efemérides astronómicas, son las concepciones sobre la posición relativa de la Tierra, el Sol, la Luna, los planetas, las estrellas y las constelaciones, las que influyen y condicionan el calendario.
Tanto si se hace de forma explícita, mediante modelos del movimiento de los astros y la Tierra, como si se hace implícitamente, a través de recursos al "sentido común" o a la "física intuitiva", el hecho cierto es que la medida del tiempo depende en mayor o menor grado de las ideas que tenemos sobre la posición de la Tierra en el espacio.
Por ello, si entresacamos el concepto de tiempo en la evolución de la humanidad se puede decir que el tiempo es relativo o que el tiempo es algo tan concreto en una definición que podría hasta no existir y quedarnos solo con el concepto de presente, pasado y futuro. Entonces si el tiempo no existe, no deberían existir conceptos como incertidumbre, esperanza, espera o SUSPENSE.
1 comentario:
Exista o no el tiempo, lo cierto es que el ser humano tiene la capacidad de captar ese concepto.
Muy útil, porque le permite ser consciente de hechos pasados, cotejarlos con los presentes y hacer predicciones sobre el futuro... cosa que aunque parezca obvia, parece ser, que el hombre es el único animal capaz de hacerlo.
En cuanto a la relatividad del tiempo, es absolutamente indiscutible.
Además de depender de factores físicos, como la velocidad a la que nos desplazamos a través del espacio... en la mente humana, depende de factores como la felicidad, el dolor o la tristeza con que vivamos cada momento.
Ahora mismo el tiempo corre muy despacio.
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