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(Leído en redes sociales)

jueves, 3 de mayo de 2012

CARA A CARA (El reflejo del odio)



Para mí no hay buenas y malas películas, hay películas entretenidas y aburridas, películas que te ofrecen algo nuevo y películas que son más de lo mismo.
Cara a cara en sí es normalita, mediocre incluso, pero como tantas y tantas películas, tienen un guión muy interesante de salida que alguien, a medida que avanza la película, se encarga de sabotear y mandar a la porra. Aun así ofrecen una idea nueva. Pero yo me quedo con la idea. Travolta y Cage nos exponen la posibilidad del intercambio perfecto de rostro entre dos personas. Lo cierto es que tal cambio para los allegados (familiares, amigos) pasa desapercibido al igual que el propio cuerpo, la voz, los ademanes, las maneras de actuar etc. 
   





Me quedo con el entramado inicial cuando ese intercambio de rostro, a priori, provisional para dar caza al criminal, no tiene mucha historia, la clave comienza cuando el criminal se da cuenta del tema y reemplaza al supuesto agente en todo. La sensación del Agente cuando ve su propia cara entrando en la cárcel con la suplantación es una de las imágenes que más muestran impotencia, rabia, etc. que se pueden ver en la historia del cine. Aparte de todo esto la película incluye acciones mediocres sin más: una delirante mezcla de espectaculares tiroteos, furiosas explosiones y acrobacioas que quitan el aliento. También es una de las más extrañas historias que jamás ha alumbrado un gran estudio de Hollywood. Hay que quitarse el sombrero ante la Paramount, por permitir que una rareza tan inspirada viera la luz. Travolta y Cage  se miran desde el lado bueno y el lado malo; sol y sombra… interesante verse reflejado como el ser que más se odia, que más se teme, ¡inaceptable! Porque profundiza todos los miedos, todas las incapacidades, todas las limitaciones… la imperfección como ser humano. Una cirugía facial no es suficiente para esconder la deformidad del alma. Una cirugía espiritual es lo único que puede renovar al ser perdido.
Pero claro es tan inverosímil, como resultona y que en determinados pasajes busca la salida fácil para cerrar puerilmente muchos de los conflictos narrativos presentados.

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