Una de las películas de los sesenta (1963) con las que más me he entretenido y divertido viéndola. Un grupo de oficiales ingleses y norteamericanos que están prisioneros en un campo de concentración nazi, se proponen organizar una fuga en la que se verán implicados doscientos cincuenta presos. Para llevar a cabo su plan comienzan a excavar un túnel. Una película que si la viste de pequeño siempre la volverás a ver con ojos de crío. Una película de domingo de sobremesa que se pasa de padres a hijos y que es motivo para que ese día no se haga la siesta. querrás ayudar a los personajes a escavar el túnel, querrás escapar con ellos, querrás ser tú el loco que vuelva de su fuga para pasar un mes en "el agujero" solo por compañerismo. Querrás llegar de una vez al cobijo de los árboles, al otro lado del campo de concentración. La película profundiza en los personajes que preparan una gran fuga masiva de un campo de prisioneros.
Al principio es una divertida comedia, como la escena del comienzo del filme, cuando muchos prisioneros intentan escapar por medios “poco convencionales” y algo desesperados. Poco a poco se aleja de este mundo (sin dejarlo del todo) para adentrarse en una trama, la huida del campo y sus preparativos, elaborado perfectamente en el guión, para terminar en la huida, pura aventura, donde todos los personajes tienen un final escrito que el espectador va descubriendo hacia cada ocaso inexorable de cada uno de ellos. Solo unos pocos conseguirán volver a casa, y desde luego, el espectador que ve el filme por primera vez, no puede imaginarse quien lo conseguirá de los muchos y variados personajes que aparecen, a los que llegamos a coger cariño. ¿Y que decir del gran Steve McQueen? Esa escena con la moto es memorable en la historia del cine.
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