Aunque parezca irreal, el proceso para crear nuevas capitales no ha finalizado con la llegada del siglo XXI. El mejor ejemplo lo encontramos en la fría estepa asiática de Kazajistán donde su líder, Nazarbáyev, decidió en 1994 trasladar la sede de Almá-Atá hasta la pequeña ciudad de Akmola, rebautizándola como Astaná (“capital” en kazajo) y contratando a las mejores firmas de arquitectos para levantar un inmenso complejo de nuevas construcciones, tan futuristas como colosales. Incluso, en su afán por darse a conocer en todo el mundo, llegó a patrocinar a un polémico equipo ciclista con este nombre.
Brasilia, Wáshington, Otawa, Camberra y Astaná son tan sólo cinco ejemplos de cómo puede hacerse frente al dilema de establecer las sedes de una nación pero, a lo largo de la historia, han existido otros casos: algunos tan famosos como la fundación de San Petersburgo –capital de la Rusia zarista, creada por voluntad de Pedro el Grande para convertirla en “una ventana a Europa” que sustituyera a la lejana Moscú– y otros menos conocidos a pesar de su cercanía en el tiempo, como Chandigarh o Putrajaya, la nueva capital administrativa de Malasia, que se levanta actualmente para sustituir –al parecer, con poco éxito– a Kuala Lumpur.
Brasilia, Wáshington, Otawa, Camberra y Astaná son tan sólo cinco ejemplos de cómo puede hacerse frente al dilema de establecer las sedes de una nación pero, a lo largo de la historia, han existido otros casos: algunos tan famosos como la fundación de San Petersburgo –capital de la Rusia zarista, creada por voluntad de Pedro el Grande para convertirla en “una ventana a Europa” que sustituyera a la lejana Moscú– y otros menos conocidos a pesar de su cercanía en el tiempo, como Chandigarh o Putrajaya, la nueva capital administrativa de Malasia, que se levanta actualmente para sustituir –al parecer, con poco éxito– a Kuala Lumpur.
Siempre habrá nuevas capitales, porque, además, siempre emergeran nuevo paises.
Existirá algún día Chechulandia?
1 comentario:
Buenas...
Buen post, es interesante saberlo. El mundo no está fijo, los países que existen hoy pueden no existir en los próximos 200 años. Aunque no creo que existan ya grandes guerras (esperemos) si puede darse que las sociedades empiezen a adoptar nuevas formas de organizarse, porque un país se supone que existe por el deseo de su gente, no por un capricho divino, y la gente dejará de creer en ese sistema si ya no le sirve.
Otra capital que fue creada, tal cual como vos decís, por decisión gubernamental y con arquitectos famosos contratados, fue Brasilia, capital de Brasil.
Saludos!
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