Una tercera parte de nuestra existencia transcurre mientras dormimos. Una persona que viva por ejemplo noventa años, ha estado treinta de ellos durmiendo. Es mucho tiempo pues, como para no prestar atención a lo que sucede mientras dormimos y mientras soñamos. Que dormir es necesario todos lo sabemos. A quién no le ha ocurrido, que después de una noche de insomnio, se ha levantado al día siguiente completamente extenuado física y anímicamente. Sin embargo, si el dormir es necesario, más lo es el soñar. Para comenzar hay que decir que todos soñamos, aunque hay quienes afirmen desconcertados que no recuerdan nunca ningún sueño. El porqué soñamos ha dado lugar desde siempre a muy diversas interpretaciones. Desde las más científicas, que afirman que mientras soñamos tan solo ejercemos una función biológica en la cual nuestras neuronas reponen la energía perdida durante el día, hasta las más esotéricas, que nos hablan de "viajes astrales".
En primer lugar lo físico influye enormemente en lo onírico, de tal modo que nuestro estado de salud ejercerá una gran importancia sobre lo que soñemos. Por tanto, vigilemos todo cuanto comamos o bebamos antes de ir a dormir. Así, si hemos cenado copiosamente posiblemente esa noche tengamos sueños agitados o simplemente si sentimos frio en el sueño, quizás se deba a que nos hemos destapado descuidadamente mientras dormimos. Las cosas vividas durante el día también se manifiestan mientras se duerme. Son los llamados "sueños de proyección mecánica", en los cuales el subconsciente exterioriza las tensiones, emociones y cosas en general, que más nos han impresionado el día anterior. De este modo, si ese día hemos visto en la televisión algún accidente, tal vez soñemos que a nosotros nos ocurre algo parecido. De significado más complejo son los sueños simbólicos, en los cuales nuestro sabio subconsciente nos ofrecería mensajes en forma de símbolos, sobre problemas y preocupaciones personales y sobre las que quiere advertirnos o aconsejarnos. Es curioso que muchas veces, al despertar por las mañanas, encontramos solución a problemas cotidianos de nuestra vida. Es lo que se denomina popularmente "consultar con la almohada".
Por ejemplo, soñar con agua dicen que puede reflejar el estado anímico de la persona. Si el agua es clara se le suele dar un significado de paz interior, si el agua está turbia o agitada, algo interno nos inquieta y angustia.
Porque ya lo dijo Platón "Al hombre, en verdad, solo se le conoce por sus sueños" ...pero a pesar de todo esto, yo me quedo con lo de soñar despierto, vale mucho más y es de las pocas cosas gratuitas (aun). Dentro de cada uno de nosotros habita un aprendiz de soñador vitalista. Dejémoslo crecer. Que nunca puedan decir de nosotros que no tuvimos entusiasmo para aprender, audacia para soñar o valor para vivir.
1 comentario:
¿Y que se te caen los dientes?
Hay sueños que parecen reales, que duelen o que te hacen feliz...
Publicar un comentario