VALOR PARA VIVIR

Se habla mucho de la pobreza de los países del Tercer Mundo, de sus necesidades y de las esclavitudes que de una u otra forma, se encuentra sometida la mayoría de su población. Se habla también de las ayudas políticas internacionales para estos países, de sus compromisos, de sus acuerdos..., ya que sin duda el progreso y avance de un país depende en su mayor medida de estas instituciones. A decir verdad y a la vista de las actuaciones de los gobernantes tanto de nuestro país como de los países necesitados, es una utopía el pensar que puedan salir de la pobreza. Que razón tenía Jesús cuando dijo que siempre habría pobres entre nosotros. Después de 2000 años seguimos igual o peor y como estemos esperando que los responsables de las naciones se comprometan en serio a tratar por lo menos de solucionar este problema, podemos esperar hasta que el Domingo de Ramos caiga en lunes.

La mayoría de los que cada día se levantan con el único fin que sobrevivir, aún viven en chabolas, aunque otros, pueden disfrutar de una casa más o menos digna, si bien muy lejos del concepto de vivienda que tenemos aquí. La clase media no existe. Todo está amañado por la minoría de población poderosa.

Es triste ver como estos países con una gran riqueza en materias primas son explotados por países desarrollados, aprovechándose de la mano de obra barata que encuentran entre la población autóctona, produciendo también en muchos casos una destrucción ecológica importante. Por eso, a todas estas personas que tienen el valor de vivir en esos ambientes hostiles seguro que se ríen mucho si les hablamos de conceptos como futuro, planificación o proyecto.